En esta ocasión no hay mucho que decir para introducir esta entrada, simplemente que leáis y os emocionéis, como hemos hecho nosotros, con este testimonio emocionante del amor incondicional de un nieto a sus abuelos, los cuales conviven día a día con la enfermedad del olvido. Es preciosa.

El pasado jueves 15 de octubre, en la sede de la asociación de amas de casa nuestra señora de la piedad, de Almendralejo, la psicóloga de nuestra asociación y centro de día, Mª Magdalena Galindo, impartió la charla “LAS DIEZ SEÑALES DEL ALZHEIMER”, con la que se pretendía concienciar y sensibilizar a la población sobre la importancia de conocer las señales de alarma que podrían indicar que una persona sufre el mal de alzhéimer, para así conseguir una atención temprana a nivel médico y un diagnóstico precoz que abre las puertas de una intervención global desde los inicios de la misma.

Con una asistencia magnífica, fueron muchos los que acudieron a la charla para saber de primera mano cuando los síntomas iniciales del mal del olvido.

Desde aquí, y en nombre de la Asociación y centro de día de alzhéimer “Tierra de Barros”, queremos agradecer la asistencia de todos los que nos acompañaron, y especialmente a Toni Calvo, Presidenta de la Asociación de Amas de Casa de Ntra. Sra. De la Piedad, por acogernos en su sede y brindarnos todo lo necesario para poder llevar a cabo esta iniciativa.

Recordamos desde aquí que el próximo miércoles 21 de octubre, a las 11 de la mañana, en el Centro Cívico de Almendralejo, tendrá lugar el taller “¿Quieres sentir tus recuerdos?”, impartido por nuestra asociación, así que os invitamos a que asistáis porque es muy interesante y al experiencia altamente enriquecedora. 

Desde que hace ocho años, se inaguro el centro de referencia estatal de alzhéimer, más conocido como CRE Alzhéimer, en Salamanca, el estado lleva prometiendo implantar el tan deseado PLAN NACIONAL CONTRA EL ALZHÉIMER.

Un plan que aún no ha llegado y que es tan necesario como imprescindible y acuciante, viendo las cifras de afectados por el mal en nuestro país, un país que por desgracia, posee una de las premisas para que la enfermedad en él sea epidémica, el envejecimiento de su población.

Desde aquí, volvemos a insistir en que la rapidez para poner en marcha un plan estratégico de carácter nacional contra el mal del olvido sea una prioridad de estado para que el día de mañana no tengamos que lamentarnos por no hacerlo, lamentos que por desgracia vendrán cuando ya sea demasiado tarde.

LA MEMORIA NO ESTÁ BAJO NUESTRO CONTROL

La memoria es compleja como una red de laberintos. El cerebro nunca olvida, nuestra información está allí siempre instalada y guardada, solo que en muchas ocasiones, no nos es accesible. En enfermedades como el Alzheimer no se trata simplemente de que hayamos borrado todo nuestro preciado almacén existencial, los datos son ahora muy complejos de recuperar, carecemos de las conexiones adecuadas para acceder a ellos, para recomponerlos y servirnos de ellos para actividades básicas de la vida diaria.

El cerebro, en situaciones normales y no patológicas, es quien decide qué es necesario y qué no. Para nuestra vida diaria no nos es útil saber qué ríos son los que cruzan Europa o cómo se llama el monte más alto de Rusia… no nos sirve para ir a trabajar, para relacionarnos, para alimentarnos… lo recordaremos sencillamente si para nosotros, es significativo en algún aspecto. El placer del conocimiento está asociado a la memoria, es cierto, pero solo si disfrutamos con ello. De ahí que podamos decir que en ocasiones, los pequeños olvidos son buenos, no son más que espacios libres que deja el cerebro para que aprendas cosas nuevas que te serán más útiles. Así que sigue el consejo de Albert Einstein: “no guardes en tu cerebro todo aquello que puedas dejar en un papel o en tu bolsillo, ocupa tu memoria para cosas más importantes”.

EJERCICIO 165:

Formar palabras con las letras de cada una de las palabras propuestas. No está permitido repetir letras de una misma palabra; es decir, solo se puede usar cada letra una sola vez en cada nueva palabra (excepto si alguna letra ya está repetida en la palabra original; es decir, si hay dos “a” se pueden usar dos “a” en la nueva palabra, pero si solo hay una “m”, solo se podrá usar una “m” en la nueva palabra).

No es necesario usar todas las letras cada vez. Pueden construirse, al menos, 12 palabras nuevas con cada palabra propuesta, pero pueden surgir más...

Se admiten verbos conjugados, pero procurar no repetir distintas formas o derivados de una misma palabra (por ejemplo, corro, corre, correr, etc.; rana, ranas, etc.).

Se aceptan nombres propios.