Os cortábamos la semana pasada que es un ictus y como reaccionar ante él, pero… ¿que ocurre cuando ya ha pasado?¿que consecuencias tiene para nuestro cuerpo? Son muchos los factores que influyen en las secuelas a las que nos tendremos que enfrentar de cara al tratamiento, depende del área donde produce, del tiempo que se ha tardado en actuar, si persiste edema residual, la edad del paciente…
Se ha demostrado que los pacientes que inician la fisioterapia dentro de la primera semana, una vez que se encuentra estabilizado, presentan mejores resultados a largo plazo. La fisioterapia del paciente con ictus tiene como objetivo fundamental conseguir la máxima capacidad funcional posible en cada caso y facilitar la independencia y la reintegración en el entorno familiar, social y laboral
Nuestros objetivos dependerán de cómo se encuentre el paciente y de la región afectada, ya que cada lesión da una característica distinta ( lo veremos mas detenidamente en el post de la semana próxima) , aunque a grandes rasgos inicialmente nos encontramos un paciente hipotónico, con un estado general débil y con una hemiparesia o hemiplejía del lado contrario al afectado cerebralmente, de modo que si la lesión se produce en el hemisferio cerebral derecho, el lado izquierdo del cuerpo no responde y viceversa, por lo tanto lo primero será trabajar para lograr la estabilidad del tronco y así conseguir una sedestación estable, a su vez no solo movilizaremos activamente el lado sano para recuperar el tono, sino que se realizan que se realizan movilizaciones pasivas de todas las articulaciones del lado afectado. Muy importante en esta fase de la recuperación es un adecuado cambio postural, de modo que el lado afectado este siempre en posición correcta, no solo para evitar lesiones y ulceras que se pueden producir por la falta de sensibilidad, también es importante que no se instaure un patrón erróneo ni rigideces articulares de la posición cuando se inicie la fase de hipertonía.
Debido la lesión, nuestro cerebro no recuerda parte del cuerpo, es importante aceptar la nueva situación y hacer especial hincapié en visualizar y tocar con la mano sana el lado afectado, muchos pacientes sufren rechazo a mirar el lado flácido.
El siguiente paso a lograr es la bipedestación, primordial conseguir que nuestro paciente este de pie para estimular su sistema propioceptivo, el uso de plano inclinado y posteriormente de paralelas serán de gran ayuda, conseguir que nuestro paciente esté en pie es imprescindible para lograr la marcha, dependiendo de las secuelas y del patrón instaurado necesitaremos ortesis o férulas que nos ayuden a una correcta posición del pie.
En casos mas leves la recuperación de la correcta funcionalidad de las extremidades se produce en un mes, pasando de hipotonía a tono normal sin que se instaure un patrón hipertónico, en la mayoría de los casos, la lesión es mayor y provoca lesiones a largo plazo (las explicaremos en el post de la semana próxima) no por ello debemos rendirnos, ya que todo los casos son susceptibles de mejoría con trabajo duro y paciencia.
Marina Preciado (Fisioterapeuta de Centro de Día de alzhéimer “Tierra de Barros”)