Esta es una de esas reflexiones sobre las relaciones paterno filiales que mejor describe el cambio de roles, la trasformación de papeles cuando un padre comienza a necesitar de un hijo o hija, y cuando el hijo comienza simbólicamente a “ser el padre de su padre”, o la “madre de su madre”.
Por eso merece la pena leerla, pensarla, interiorizarla y reflexionarla, porque por noma general, más tarde o más temprano casi con total seguridad, todos llegaremos a cambiar de rol, a desempeñar en el teatro de la vida un papel diferente al que interpretamos desde que nacemos.
Y no es cuestión de experimentarlo como algo negativo, sino como el inevitable ciclo vital que nos da la oportunidad de devolver a nuestros padres, todo el amor, el cuidado y el cariño que ellos nos brindaron desde el mismo momento en que nacimos.