La frase que da título a esta entrada esta extraída del artículo de opinión que os presentamos a continuación.
Una reflexión sobre hasta qué punto puede ser o no beneficioso, ética o moralmente, que una persona conozca, con años de antelación, si padecerá o no el mal de alzhéimer.
Para algunos saberlo será una manera de adaptarse psicológicamente a lo que vendrá, pero quizás otros no deseen saberlo, porque no soportarán vivir con esa sensación de que dentro de 5, 10 o 15 años, dejarán de ser lo que son y olvidarán lo que han sido.
En el aire queda por tanto la pregunta de arriba, para que cada cual la conteste como personalmente desee y sienta.