Siempre hemos defendido que unos hábitos de vida saludables son necesarios e imprescindibles para mejorar la fortaleza física y mental y poder retardar e incluso evitar la aparición de determinadas enfermedades, como por ejemplo el alzhéimer o cualquier otra demencia afín.
Y los hábitos de sueño son otro de los factores que debemos tener en cuenta a la hora de poder aportarle más salud y protección a nuestro cerebro.
Cuanta más higiene del sueño posee una persona, cuanto mejor se duerme y cuanta mayor es la calidad de sueño, más se mejoran los marcadores de funcionamiento cognitivo pero no solo eso, también se consigue mejorar el estado de ánimo y prevenir determinadas enfermedades como problemas de ansiedad o depresión.
Por tanto es imprescindible dormir bien, en su justa medida, ni por exceso ni por defecto, porque solo así conseguiremos aportarle a nuestro cerebro el descanso y la energía necesarias para funcionar con salud y bienestar.
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