El mal del olvido siempre se ha considerado una patología caracterizada por la acumulación de depósitos tóxicos tanto dentro como fuera de las células nerviosas (neuronas), lo que generaba la aparición de la enfermedad. Pero una investigación reciente apunta más allá en cuanto al origen y evolución de la enfermedad ya que parece ser que la inflamación neuronal es un componente sumamente importante en la aparición del mal, junto con las otras dos causas.
La aparición de las sustancias tóxicas neuronales provoca la “activación crónica” del sistema inmune de nuestro organismo lo que supone un mal funcionamiento de las “microglías”, que son las células neuronales encargadas de la “limpieza” del cerebro.
Si estos datos al final resultan determinantes podemos estar ante una nueva vía de investigación que permita encontrar en nuestro sistema inmunitario respuestas más concluyente sobre el origen de la demencia alzhéimer.