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Según un estudio dirigido por Mara Mather, profesora de gerontología y psicología,  la zona del cerebro donde comienzan a aparecer por primera vez las señales físicas del alzhéimer (acumulación de la proteína tóxica Tau) es una pequeña región de nuestro cerebro llamada Locus Coeruleos, una zona dedicada a mejorar la estimulación sanguínea de las células cerebrales a la hora de activar procesos cognitivos como la memoria.

Es en ella dónde se localizan los primeros signos del mal del olvido, y supone un paso importante en la investigación contra la enfermedad a la hora de desarrollar nuevas terapias para combatirlo.

Según un estudio realizado por un equipo de científicos de la universidad Rush Medical Center de Chicago, el consumo moderado de marisco puede hacer que el avance de los síntomas de determinadas enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer, se ralentice. Parece ser que este enlentecimiento tiene que ver con el nivel de mercurio que posee el marisco y que se acumula en el cerebro, consiguiendo retrasar la progresión de los síntomas. 

Es evidente que solo es un pequeño estudio con una muestra muy escasa como para sacar conclusiones definitivas, pero aún así abre las puertas a nuevas investigaciones al respecto.

Siempre se ha utilizado, para explicar la enfermedad de alzhéimer, que sufrirla es como comenzar  a perder todos los aprendizajes que hemos ido adquiriendo desde que nacimos.

Y por fin un estudio reciente ha demostrado dicha teoría explicativa, ya que ha conseguido comprobar cómo en el mal de alzhéimer, el proceso que sucede es inversamente proporcional al aprendizaje infantil, pero con una enorme diferencia, que en el alzhéimer el enfermo pierde, y en la infancia, el niño/a, gana.

Así que podríamos decir que sí, que es un proceso de desaprender lo que aprendimos, lo que supimos, lo que adquirimos, en definitiva, lo que vivimos. 

Según parece, y decimos según parece porque no es la primera vez que sale a la luz una noticia de  este tipo, un equipo de científicos ingleses ha creado una vacuna que detiene el avance del mal de Alzhéimer. Según ellos, es la primera vacuna que “ataca directamente al deterioro de las células cerebrales que causan la pérdida de memoria”. Tal es la repercusión científica del invento que hasta el “Instituto Británico para la Investigación y la Atención de las Personas Mayores”  ha confirmado que puede llegar a conseguir  detener la progresión de la enfermedad. Ojalá sea así y esta vez no quede en agua de borrajas, porque es muy triste y lamentable observar como a veces, con este tipo de falsas esperanzas jugamos con lo más valioso del ser humano, SUS ILUSIONES Y SUS ESPERANZAS.

Los beneficios y el poder terapéutico del llamado “oro Líquido, es algo extensamente estudiado a nivel mundial, entre otras cosas por las innumerables propiedades saludables que el aceite de oliva y sus componentes poseen, por eso la “Fundación Juan Ramón Guillén-Coosur”, la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y Pfizer han creado una cátedra extraordinaria de investigación llamada “Alzheimer y enfermedades neurodegenerativas” con el principal objeto de analizar e investigar las enfermedades neurodegenerativas y el papel que desempeña el  aceite de oliva en materia de prevención de dichas enfermedades.

Ojalá los resultados, las conclusiones y los ámbitos de aplicación derivados sean positivos y eficaces para utilizar uno de los alimentos más exquisitos y apreciados de nuestra dieta mediterránea en la lucha contra las demencias.

Está más que claro que el exceso de estrés triplica el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares (infartos de miocardio o ictus) además de ser la causa de numerosos problemas físicos y mentales, de trastornos del sueño,  problemas musculares, etc. Pues ahora, un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina Albert Einstein de la Universidad Yeshiva de Nueva York (EE.UU.) ha comprobado que niveles altos de estrés  multiplica por dos el riesgo de deterioro cognitivo en las personas mayores y como suele suceder, este tipo de deterioro   tipo de deterioro supone un mayor riesgo de demencias como el mal de Alzheimer.

Está claro, a mas estrés, menos memoria. Así que, listo estos resultados, no nos queda más que intentar controlar de la mejor forma posible este lastre tan dañino e insano para nuestra salud tanto física como mental.

Según los últimos resultados de una reciente investigación llevada a cabo por la “Clínica Mayo” de Minnesota, se ha descubierto que las personas mayores que comienzan a tener menos sensibilidad olfativa, pueden estar presentando los primeros síntomas de una demencia neurodegenerativa como el mal de alzhéimer.

Son conclusiones preliminares pero si al final se confirma que el bulbo olfativo es una de las primeras partes del cerebro que comienza a deteriorarse con las demencias, estamos ante una posibilidad factible y real de poder encontrar un punto de inicio para la detección precoz de este tipo de enfermedades neurodegenerativas.

Hace unos días se publicaron en la revista “PLoS ONE” los resultados extraídos de un estudio que pretendía conocer cuáles eran los beneficios específicos que se producían en los cerebros de las personas mayores al hacer regularmente actividad física moderada.

Y las conclusiones han puesto de manifiesto que no solo mejora el volumen cerebral y mantiene más intacta la sustancia blanca, sino que dichos cerebros son mucho más flexibles y variables, lo cual se asocia a un mejor rendimiento de la actividad cognitiva.

Visto lo visto, y para no perder nuestro ritual de recordar con cierta frecuencia consejos útiles para la salud, no nos queda otro remedio que invitaros a poner en práctica esta útil y necesaria costumbre del ejercicio físico.

Son muchas las investigaciones con nuevos fármacos en fase de experimentación que se están llevado a cabo actualmente para intentar eliminar las proteínas tóxicas que se acumulan alrededor de las neuronas enfermos por el mal de alzhéimer.

Y si bien es cierto que algunos resultados parecen prometedores, no es menos cierto el hecho de que en otros muchos casos, por desgracia, no son todo lo positivos que s esperaba.

Este es el caso de un nuevo fármaco en periodo de experimentación que al parecer, mejora la acumulación de proteína beta amiloide, pero hiperactiva las funciones cerebrales de una forma alarmantemente peligrosa. Lo que soluciona por un lado, lo empeora por otro.
Es necesario por tanto,  no perder las esperanzas con respecto a la capacidad de nuestra comunidad científica para encontrar un fármaco efectivo, pero ser cautos y no lanzar las campanas al vuelo antes de lo necesario.

Pronto llegará el gran día, pero mientras tanto, no demos falsas esperanzas a los que por desgracia conviven día a día con esta cruel enfermedad.

Aunque actualmente los ensayos clínicos se están realizando con animales, podemos adelantar que, según los científicos encargados de los mismos, el “Anle138b”, que así se llama el compuesto farmacológico en cuestión, está demostrando una mejora de los síntomas cognitivos asociados a enfermedades como el alzhéimer o el parkinson, ya que actúa directamente en las placas de proteína tau y beta amiloide, las principales causantes del mal de alzhéimer.

Ojalá los resultados se confirmen en humanos y podamos disponer pronto de un fármaco nuevo y más efectivo que los que se usan actualmente para este tipo de patologías.