Comienza el mes de septiembre y con el todas las celebraciones en torno al día mundial del Alzheimer. Ya están publicados en la Web todos los eventos que festejamos este mes, os recomiendo no perderos ninguno, si es posible. En todos ellos y cada día ponemos en práctica un ejercicio muy bueno y muy sencillo: LA RISA.

¿Sabíais que cuando nos reímos movemos unos 400 músculos?  Movemos, entre otros, los pulmones, ventilándolos y mejorando el intercambio gaseoso, mejorando la oxigenación del cerebro y del cuerpo, regula  el pulso cardiaco y también el funcionamiento del aparato digestivo. Relaja la tensión muscular e incluso mejora la tensión arterial, la angustia y el estrés, ya que con la risa disminuyen los niveles de cortisol, la “hormona del estrés”.

También producimos adrenalina (que nos ayuda a estar mas despiertos y receptivos) dopamina (mejora el estado de ánimo) y endorfinas (conocida por sus efectos analgésicos y sensación de bienestar)

Sé que muchos de vosotros estaréis pensando como hacer reír a vuestros familiares si muchos no entienden las ordenes más básicas, o quizás no tenéis el cuerpo para risitas, pero os insto a probarlo al menos una vez al día, empezad  a reír sin ton ni son, riendo cada vez más fuerte, la risa aunque se inicie de forma forzada al final sale del corazón y ¡¡¡se contagia!!!

Os sorprenderá ver cómo tras varios días probando es cada vez más fácil reírse y son más los que se contagian de vuestra risa.

Marina Preciado Hortigón (Fisioterapeuta Centro de Día de Alzhéimer “Tierra de Barros”)

El alzhéimer familiar de inicio precoz es una variante de la enfermedad que afecta a un reducido número de familias portadoras de una mutación genética autosómica dominante, esto quiere decir que si un hijo hereda el gen defectuoso de alguno de sus progenitores, casi con total seguridad padecerá la enfermedad antes de los 60 años.

Es un tipo de alzhéimer hereditario, cuyo inicio tiene que ver con un gen defectuoso y no con acumulaciones de proteínas tóxicas en el cerebro, pero su evolución y sus síntomas son casi idénticos al otro tipo de alzhéimer, por lo que su estudio para buscar alternativas farmacológicas nuevas y eficaces resulta crucial.

En este estupendo artículo se recoge la historia de algunas de esas familias que llevan en su herencia el desgraciado peso de un mal irreversible y devastador, pero que a pesar del legado que tienen, siguen luchando y prestando su ayuda desinteresada a la comunidad científica en esta carrera contra reloj para vencer a la desmemoria.

Casi con total seguridad no podrán disfrutar de la cura para su enfermedad, pero la herencia que podrán dejar a sus hijos y nietos, y a todos los que padecen la enfermedad, es la puerta abierta a la esperanza de una curación futura gracias a su generosidad y altruismo en los ensayos clínicos, a pesar de los riesgos que estos conllevan.

A fin de cuentas, la herencia no está solo en los genes, sino en las conductas de valentía y amor desinteresado que estos afectados muestran en su día a día.

Ellos posiblemente olvidaran su hazaña, su entrega y su sacrifico, PERO EL MUNDO NUNCA LOS OLVIDARÁ A ELLOS.