De las abejas, como del cerdo, se aprovecha todo, la cera, la miel, la jalea real… Algunos estudios indican que el hombre comenzó a controlar y manipular enjambres en el Neolítico e Hipócrates, el padre de la medicina, ya la describe en sus tratados como remedio contra los reumatismos. La apicultura es una ciencia que no ha dejado de evolucionar y que hoy ofrece nuevos usos en campos como la medicina o la selección genética.
Por todos es conocido los efectos de la miel y del propoleo o jalea real, pero pocos conocen que la apitoxina (el veneno de las abejas) es un potente antiinflamatorio y se aplica en multitud de casos: