Pues si, más psicólog@s y menos medicación, algo parecido al famosos libro que se hizo célebre en los años 90, “Más Platón y menos Prozac”.
Y todo porque, por mucho que nos pese, hay trastornos o malestares psicológicos que tienen una mejoría más efectiva si conseguimos cambiar los hábitos de conducta y las cogniciones de quienes los padecen a la hora de afrontar las dificultades del diario vivir, que si solo los tratamos con psicofármacos.
Es evidente que una terapia psicológica dará resultados a medio y largo plazo, y que los pacientes que se sometan a ella no notarán una mejoría tan rápida como con la administración de determinados fármacos ansiolíticos o antidepresivos, pero se ha comprobado científicamente que la mejoría con terapia cognitivo conductual es más duradera y permanente que con la utilización exclusiva de medicamentos.
Además, evitamos a las personas con problemas psicológicos la tan temida dependencia al fármaco en cuestión.
Iniciar un tratamiento de psicoterapia puede ser más costoso en cuanto al esfuerzo que supone motivarte y tener fuerza de voluntad para cambiar determinados pensamientos y acciones muy arraigados en la personalidad de cada individuo, pero a la larga, será mucho más efectivo y beneficioso para aprender a afrontar los conflictos de una forma más autónoma sin necesidad de dejar que sea el medicamento el único que nos ayude.
El objetivo final es, por tanto, conseguir que la persona se ayude a sí misma mejorando y potenciando todas sus capacidades personales.
Esto, evidentemente, no quiere decir que haya casos en los que se requiera una terapia combinada de fármacos y psicoterapia, o que incluso en patologías mayores, y más graves, la medicación sea lo más imprescindible y la psicología sea un mero apoyo a la misma.
A continuación os dejamos un artículo muy interesante que refuerza esta tesis.