Cuidar a un enfermo de Alzheimer supone un desembolso anual medio de 30.000 euros a sus familiares, según ha explicado a politicalocal.es Koldo Aulestia, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer (CEAFA).
Para Aulestia este “es solo uno de los problemas a los que se enfrentan las más de un millón de familias que actualmente sufren en España” las consecuencias de esta enfermedad degenerativa. “La administración no debe centrarse sólo en solucionar las dificultades sociosanitarias que origina el Alzheimer, sino que debe hacer hincapié en los problemas sociales que se derivan de ella”, explica el presidente de CEAFA, para quien debe desarrollarse una “atención integral tanto con el enfermo como con el cuidador principal“, una de las razones de la existencia de las asociaciones de familiares. “Hay servicios sociales, pero estos están limitados, porque no tratan las consecuencias familiares de esta enfermedad”, explica.
“En casi todas las ocasiones, el cuidador se ve obligado a romper con su vida anterior, dejar su trabajo y cambiar radicalmente sus relaciones sociales, y esto requiere una especial atención”, añade Aulestia, que considera además que hay que prevenir estas situaciones porque “hasta que no llega a casa el problema nadie está formado en cuidar a un enfermo de alzheimer“.
Desde CEAFA luchan para que la administración trabaje en cuatro direcciones. “Tienen que mantener unos servicios sociosanitarios de calidad; buscar soluciones al problema de la formación, tanto de profesionales como de los cuidadores-familiares; invertir en investigación y solucionar el problema económico de las familias, porque tener un enfermo de alzheimer supone un desembolso aproximado de 30.000 euros al año”.
Aulestia considera que invertir en investigación sobre el alzheimer “no puede considerarse un gasto, sino una inversión”, ya que en España “hay más de un millón de personas que sufren la enfermedad”. “Si inviertes en prevención, en retrasar al máximo la enfermedad, se ahorra dinero, porque retrasas a los últimos años de vida de las personas los efectos más delicados del alzheimer”. “Las demencias pueden suponer la ruina para un país si no se prevén, sobre todo con la aceleración del envejecimiento de la población”.