No es la primera vez que ponemos de manifiesto la importancia de las emociones y los afectos en el trabajo diario con los enfermos con demencias degenerativas, ya que nunca nos hemos cansado de repetir frases tales como “el amor nunca se olvida”, “la memoria está en los besos”, “el cariño siempre permanece”, etc.
Frases que pueden parecer un simple recurso literario, unas simples palabras bonitas para animar al que padece la enfermedad y al que lo cuida pero que en el fondo son solo eso, palabras bonitas pero carentes de verdad.
Por eso hoy os remitimos esta importante noticia que va por fin a haceros ver que LA MEMORIA AFECTIVA NO SE OLVIDA, y que las frases anteriores son reales como la vida misma.
Y es que un estudio dirigido por la investigadora Edmarie Gúzman-Vélez, publicado recientemente en la revista "Cognitive and Behavioral Neurology" ha comprobado que los enfermos con alzhéimer o demencias afines pueden sentir emociones pese a que debido a la enfermedad hayan olvidado el motivo que las provocó, es decir, aunque un enfermo no sea capaz de recordar la reciente visita de un ser querido o que no lo cuidaron como era correcto, esos acontecimientos pueden tener un impacto en cómo se sienten.
De esto se deduce la importancia de mantener y suscitar en el enfermo emociones positivas que les generen bienestar y alegría, y sobre todo, este mensaje tan claro va dirigido especialmente a los que, de una forma u otra, cuidamos y atendemos a enfermos con este tipo de patologías, porque cuando ya todo se olvida, el cariño y el afecto siempre quedan.