Hubo una época no hace tantos años, que comenzó con los niños de la generación de la postguerra, en la que a merendar se le llamaba “merendilla”. Una época en la que no existía la bollería industrial y los zumos procesados de hoy en día. Una época en la que lo más delicioso del mundo para un niño era comer pan con chocolate El Gorriaga o de Matías López.
Una época en la que se merendillaba sentados en las calles y el pan con aceite y azúcar era considerado un manjar de Dioses. Una época dónde se comía, se jugaba, se charlaba, se vivía en las calles, y los vecinos eran nuestra segunda familia.
Era la época de la rayuela, de la comba, del gallito Inglés, del escondite, de las canicas y las muñecas recortables de mariquitas.
Y es precisamente esa época la que hemos pretendido rememorar y revivir con la actividad que llevamos a cabo la otra tarde en nuestro centro.