Viernes, 21 Noviembre 2014 11:00

MENOS CALORÍAS PARA UN ENVEJECIMEINTO MÁS SALUDABLE

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Según revela un estudio del “NYU Langone Medical Center” de Estados Unidos las dietas que presentan un menor consumo de calorías hacen posible que el proceso de envejecimiento sea mucho más lento.  

Ya se sabe desde hace años que las personas que comen menos, tiene una esperanza de vida mayor, pero este estudio no solo corrobora ese dato, sino que nos demuestra la importancia del control de calorías en nuestra dieta porque si comemos de forma hipocalórica, nuestro cuerpo y sobre todo nuestro cerebro envejecen más lentamente.

Así que esta es otra muestra más de la influencia de la alimentación en nuestra salud y en nuestra calidad de vida, sino como suele decirse “Somos lo que comemos”, debemos aprender a comer mejor para envejecer también mejor.

 

Las dietas que restringen el consumo de calorías pueden tener premio: según un estudio del NYULangoneMedicalCenter (EE.UU.) se relacionan con un envejecimiento más lento. El estudio ha visto que las dietas hipocalóricas influyen en la expresión de genes del cerebro de un grupo de ratones hembra

El dicho que dice «eres lo que comes» parece ganar peso a tenor de esta nueva investigación que proporciona otra razón, además de la línea, para tener cuidado con las calorías. Los beneficios de la reducción de calorías se han estudiado desde la década de 1930, cuando el científico de la Universidad de Cornell Clive McCay descubrió por casualidad que los ratones que comían menos vivían un 30% más. A partir de entonces, se han hecho estudios en todo tipo de animales -desde moscas a gusanos, pasando por monos-, con resultados prometedores.

Hace poco las dietas bajas en calorías volvieron a atraer la curiosidad de todo el mundo con la publicación de un estudio con macacos de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.). Los científicos investigaron a un grupo de 76 animales durante 25 años y concluyeron que restringir en un 30% la ingesta de calorías aleja la mortalidad y las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares.

900 genes

En el nuevo trabajo que se ha presentado en la Reunión Anual de la Society for Neuroscience se ha demostrado que las dietas con reducción de calorías detienen los niveles de actividad de cerca de 900 genes diferentes relacionados con el envejecimiento y la formación de la memoria en el cerebro. Los investigadores, aunque reconocen que los resultados son experimentales, sugieren que las dietas con pocas calorías derivadas de carbohidratos probablemente detienen algunos aspectos del envejecimiento y las enfermedades crónicas en mamíferos, incluyendo los seres humanos.

En el estudio, los ratones hembra, que al igual que las personas son más propensas a la demencia que los varones, fueron alimentadas con bolitas de comida que tenían un 30% menos calorías que la dieta de otro grupo de ratones. Después de analizar el tejido de la región del hipocampo, un área del cerebro afectada en la enfermedad de Alzheimer, analizaron la expresión de genes para ver si había diferencia entre los dos grupos.

Fuente de juventud

«Nuestro estudio muestra cómo la restricción calórica prácticamente detiene los niveles de expresión de genes implicados con el envejecimiento; es decir, los genes que determinan el comportamiento de los ratones, las personas y otros mamíferos durante su envejecimiento», señala el investigador principal del estudio Stephen Ginsberg. Ahora bien, Ginsberg advierte que el estudio no significa que la restricción calórica es la «fuente de la juventud», pero sí que añade «evidencias sobre el papel de la dieta en el retraso de los efectos del envejecimiento y de las enfermedades relacionadas con la edad».

Los efectos de los regímenes dietéticos restrictivos sobre la esperanza de vida de ratones y otros mamíferos han sido profusamente analizados, pero sus efectos en seres humanos no. Los beneficios de estas dietas se relacionan con una reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, menos hipertensión y riesgo de ictus. Sin embargo, afirma Ginsberg, su impacto en los genes relacionados con la memoria y las regiones de aprendizaje en los cerebros que envejecen no se había demostrado hasta la fecha. Estudios previos, señala, sólo habían evaluado el impacto de la dieta en uno o dos genes a la vez, pero este nuevo análisis abarca más de 10.000 genes.

Ginsberg considera que la investigación «abre la puerta para el estudio más a fondo del papel de la restricción de calorías y en la genética asociada al antienvejecimiento».

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