
En el mundo de la psicología el sentido del humor se entiende como aquella apertura cognitiva, flexible a los desafíos de la vida, los cambios y los imprevistos. Es, por tanto, una muestra de inteligencia emocional poder usar el sentido del humor como una forma más flexible de adaptabilidad al entorno y a todos los posibles cambios que la vida nos pone en nuestro camino. Esta relación, no tiene nada que ver con la positividad tóxica, con aquellos mensajes de autoayuda o de poder con todo. No hay que banalizar, a veces la vida se pone muy dura y esas emociones también hay que gestionarlas. Es la perspectiva real lo que nos hará incluso poder utilizar el humor cuando todo ello este bien integrado y procesado.
Tener sentido del humor NO es:
- Reírse de todo y por todo en cada momento.
- Despreocuparse de las circunstancias que nos rodean.
- Reírse de los demás.
- Negarse a ver las cosas como son.
- Creerse que las cosas van a salir bien porque sí, sin intervenir activamente en ellas.
El buen uso del humor nos aporta la posibilidad de añadir cambios en los filtros que utilizamos para percibir y procesar la información que nos rodea. ¿Que nos permite el humor?
- “Ocuparnos” vs. preocuparnos de las cosas desde una perspectiva más funcional.
- Una decisión que permite situar los problemas en su dimensión adecuada, ni sobreestimándolos ni subestimándolos.
- Mantener control sobre la situación y establecer interacciones positivas minimizando las tensiones y los conflictos.
- El humor permite introducir cambios en la percepción de nosotros mismos, de las personas y cosas, y esto nos permite modificar nuestras emociones y razonamiento.
- El humor es un modo de percibir una distancia entre nosotros mismos y el problema que nos afecta, y esto permite contemplar la situación con cierta panorámica, lo que facilita su resolución.
- El humor capacita para relativizar críticamente las experiencias emocionales.
- El buen humor nos acerca a un mundo social más proactivo y enriquecido.
Psicología Alzheimer.