A los factores propios de la edad avanzada se le suman los efectos físicos de la enfermedad y la medicación, todo junto provocan una serie de cambios en el organismo tales como:
• Debilidad muscular e inestabilidad articular
- Enlentecimiento (disminución de la velocidad de procesamiento y aumento del tiempo de reacción).
- Disminución de la sensibilidad propioceptiva.
- Problemas de equilibrio.
- Disminución de la agudeza visual.
• Alteración de la atención
¿Qué podemos hacer para prevenir las caídas?
Lo importante es ver en que podemos influir, que se puede mejorar en el paciente y su entorno para que se encuentre más seguro. Así, en el domicilio:
- retirar los obstáculos que dificulten la circulación.
- Tener una cama baja.
• Comprobar las suelas de los zapatos para evitar resbalones. - Tener una buena iluminación de las habitaciones durante el día. En el dormitorio, disponer de un “punto de luz” permanente por la noche.
• Si hay escaleras interiores, bloquear el principio y el final.
• Quitar o fijar al suelo las alfombras, felpudos, etc., sobre todo en el cuarto de baño. Usar pasamanos en bañera o ducha y en el WC. Utilizar antideslizante en la bañera o ducha, y en el dormitorio. Vigilar que el suelo esté siempre seco.
Mantener un buen estado físico es esencial, incentivar la deambulación, realizar ejercicios de propiocepción y equilibrio y ejercicio físico moderado diario nos ayudará no solo a evitar las caídas, sino que, en el caso de producirse, los efectos de la misma sean menores.
Marina Preciado Hortigón (Fisioterapeuta Centro de Día de Alzhéimer “Tierra de Barros”)