Esta es la cruda realidad a la que se enfrentan el 90% de los pacientes que comienzan a padecer síntomas demenciales. Una triste y cruel realidad que han expuesto en las “V Jornadas de la Demencia en Atención Primaria. Diagnóstico precoz y rapidez de actuación”.
No nos resulta extraño que los mismos médicos de familia, que son los que inician el tan importante primer contacto con los síntomas, con el enfermo y con su cuidador, se quejen de la falta de tiempo para poder evaluar y diagnosticar con fiabilidad una enfermedad que necesita más que cualquier otra cosa, un diagnostico lo más temprano posible para poder iniciar sin dilación el tratamiento necesario, evitando así una progresión rápida y fulminante de la misma.
Y no nos resulta extraña esta queja y esta necesidad de mejorar el primer contacto médico con los enfermos porque por desgracia en nuestra práctica diaria somos muchos los profesionales que nos encontramos a enfermos y afectados por la enfermedad que cuando llegan por primera vez a nuestras manso ya están en fases avanzadas de la patología. Situación que nos frena enormemente a la hora de trabajar con ellos para poder enlentecer el deterioro porque cuanto más se tarde en intervenir más difícil será hacer más lento el avance de los síntomas.
Por eso nos unimos a esta queja y reivindicamos desde aquí la necesidad de mejorar la calidad asistencial y el tiempo de intervención de los médicos de atención primaria con este tipo de enfermos porque ellos y su primer diagnostico son la posibilidad de atacar este mal desde sus inicios.