Pues sí. No todos los ejercicios de estimulación cognitiva que se realizan con enfermos que padecen el mal del olvido deben ser aburridos y repetitivos, de hecho, cuanto más originales, divertidos y alegres sean, más eficaces resultarán tanto para su ejecución por parte del enfermo, como para los profesionales o familiares que los supervisan a la hora de hacerlos.
Todo lo que se hace con alegría, entusiasmo y una gran dosis de diversión, se aprende antes, se aprende mejor y su persistencia en la memoria es más duradera, porque la huella amnésica que deja en nuestro cerebro es más duradera en el tiempo.
Si esto es así en un entorno de trabajo y aprendizaje con sujetos que no sufren el mal de alzhéimer, más importante serán aún en los que sufren esta patología, por eso queremos compartir este interesante artículo donde se dan unas sugerencias muy interesantes para los cuidadores a la hora de hacer actividades divertidas con sus enfermos.
No dejéis de leerlas, merecen la pena.