Llegaron las lluvias, y con ellas los dolores, es muy frecuente que empecemos a sentir las articulaciones más rígidas y dolores musculares, tanto a reposo como en movimiento, los que más se ven afectadas por los cambios de presión atmosférica son las personas mayores y aquellos que padecen alguna enfermedad reumática. Los cambios de presión atmosféricos a los que sometemos al cuerpo no son los únicos causantes del origen del dolor, con el frío y la humedad los músculos se contraen y disminuyen su flexibilidad provocando tensión en las articulaciones, disminuyendo el rango articular y dificultando el movimiento.
Podemos mitigar los efectos del otoño en nuestro aparato locomotor con una serie de medidas muy sencillas:
- Ropa adecuada, aunque parezca muy obvio no lo es, a principio de otoño varían mucho las temperaturas a lo largo del día, es importante un tejido de algodón que transpire en las horas de más calor pero que sea capaz de calentarte si refresca,
- Alimentación propia para la estación, es momento de preparar más platos calientes (sopas y estofados), utilizar verduras propias de la estación (calabaza, seta, alcachofa…) y aumentar la ingesta de vitamina C ( mandarinas, caquis y pomelos), que nos ayudara a prevenir los resfriados característicos de los primeros fríos
- Ejercicio físico diario, una actividad moderada mantendrá un buen estado osteoarticular actuando de manera preventiva ante posibles lesiones
- Aplicación de calor local, tanto seco (favorece la relajación muscular) como húmedo(mejora la rigidez), de manera continuada en las zonas más sensibles a contraerse en esta estación, como el cuello o la zona lumbar