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Sobrellevar y superar las adversidades de la vida, como es el caso de tener un ser querido con la enfermedad de Alzheimer, genera sufrimiento, pero, a la vez, nos puede hacer crecer interiormente y, a menudo, modificar nuestra escala de valores y prioridades.

Preservar la autoestima y la dignidad del enfermo de Alzheimer es un concepto vital en el cuidado de estas personas.

Las Terapias de Estimulación Emocional (T2E) pertenece a la rama de Terapias No Farmacológicas (TNF) que abordan de manera exclusiva la vida emocional de las personas.

Tradicionalmente, al alzhéimer se la conoce como la enfermedad del olvido, de hecho, aún hoy son muchas las personas que creen que quien padece alguna demencia neurodegenerativa como el alzhéimer, solo presenta problemas de memoria. Pero si algo me han enseñado estos veinte años trabajando con este tipo de enfermos, es que el alzhéimer es mucho más que una cuestión de memoria.

En estos momentos en los que vivimos, y más aún si tenéis que cuidar a algún familiar con demencias neurodegenerativas, el estrés hace acto de presencia con más intensidad y frecuencia de lo deseado, generando un malestar clínicamente significativo en quienes ven como los niveles de ansiedad diaria les impiden desarrollar una vida cotidiana normal y equilibrada.

Vestir y arreglar a nuestro familiar enfermo puede llegar a convertirse en un auténtico calvario, entre otras cosas, porque la mayoría de las veces no reconocen que están enfermos y que no pueden hacerlo sin ayuda.

Comenzamos un nuevo año, y lo hacemos con todas las ilusiones renovadas y las ganas intactas para continuar nuestro duro camino de lucha contra el mal de alzhéimer.

Un año en el que nuestro mayor deseo es poder hacernos eco de buenas noticias con respecto a fármacos y terapias verdaderamente eficaces para la enfermedad del olvido.

Numerosas han sido las investigaciones que han intentado comprobar la relación directa que existe entre la exposición a la naturaleza y la mejora del estado de ánimo de determinadas patologías como la depresión, pero ahora, por fin un equipo de científicos ha podido determinar de forma exacta el tiempo necesario.

Muchos son los factores externos que se asocian a un aumento de la probabilidad de padecer el mal de alzhéimer en un futuro cercano o lejano. Factores como la obesidad, la diabetes, los problemas vasculares o el insomnio, por ejemplo.

Dormir menos de lo necesario o despertar continuamente durante la noche, o incluso solo dormir unas pocas horas al inicio de la noche y luego no ser capaz de conciliar el sueño otra vez, son alteraciones anormales de nuestro ciclo sueño – vigilia que, a la larga, acarrea consecuencias nefastas para nuestra salud.