Como cada año, el día 1 de febrero se celebra la tradicional fiesta de las Candelas. Y con ella, quemamos nuestra pantaruja para que, en su fuego y en sus cenizas podamos eliminar los males. El año pasado quisimos reivindicar “La Cara invisible del cuidador” y todos aquellos sentimientos y emociones que se esconden detrás del cuidado, invisibilizandolos e ignorándolos, tales como la angustia, la culpa, la soledad, la irritabilidad, la impotencia, el cansancio, y un largo etcétera más que todo cuidador sabe.
Este año, hemos querido con nuestra pantaruja hacer una crítica social que nos dificulta nuestra labor y entorpece la calidad de vida de nuestros usuarios. Son las largas listas de espera, y la gran latencia en las citas, tanto de nuevo diagnóstico como en los seguimientos del servicio de neurología. Con ello, queremos visibilizar que es un mal a erradicar en nuestro futuro, a ver si la magia de las candelas nos ayuda a mejorar este servicio público.
Por otro lado, y no menos importante, la celebración de las candelas nos permite trabajar la orientación a la realidad. Como veis en la foto, desde un plano de seguridad los usuarios ven arder la pantaruja, a la misma vez que le contamos el motivo de la pantaruja y estimulamos el recuerdo de esta celebración.
Ilustración 1, 2 y 3. Candelas 2024
Rosa Ana García.
Psicología Alzheimer.