A pesar de ser inconsciente e involuntaria, eso no quiere decir que no la podamos trabajar de forma consciente para mejorar nuestra capacidad pulmonar, realizando una respiración completa y más profunda, obteniendo una mayor oxigenación. Controlar bien nuestro ritmo respiratorio es fortalecer la vitalidad del cuerpo y de la mente, estimulando un eficiente funcionamiento de todo el organismo. Se dice que aprender a respirar correctamente es aprender también a vivir correctamente. Es por ello, que te dejo el ejercicio más sencillo que puedes hacer para introducirte en esta práctica.
Ejercicio 1. Respirar lenta y profundamente.
- Póngase en posición cómoda (sentado o tumbado) en un lugar tranquilo, cálido y confortable. Afloje cualquier prenda de vestir que le oprima: zapatos, cinturón, etc. Cierre los ojos.
- Ponga su atención en la respiración, fíjese si respira por la nariz o por la boca. Ahora preste atención a su cuerpo, notando si existe alguna zona en la que sienta tensión. Sienta la tensión, pero no intente hacer que desaparezca.
- Ahora vuelve a fijar su atención en su respiración y respire lentamente y profundamente, tomando el aire por la nariz y expulsándolo por la boca. Mientras expulsa el aire, ponga atención a sus músculos, notando como van aflojándose. Cada vez que inspire o tome aire, sienta como todo su cuerpo se va introduciendo en un estado de mayor calma y disfrute de esas sensaciones.
Es muy probable, que mientras estés practicando este ejercicio aparezcan pensamientos o imágenes que le distraen. No te preocupes por ello. Simplemente vuelve otra vez de forma tranquila al ejercicio de la respiración consciente.
Te dejo un vídeo en YouTube, para introducirte de manera guiada en este aprendizaje.
https://youtu.be/-FgcI0iYJQc?si=aOXVbg3npiSJj3G9
Rosa Ana García.
Psicología Alzheimer.