
El verano trae consigo cambios en nuestras rutinas habituales que pueden causar desorientación y malestar en las personas con demencia. A continuación, compartimos algunos consejos para cuidar mejor de nuestros familiares durante esta época del año.
- Mantén la rutina tanto como sea posible
Intenta mantener los horarios habituales de comidas, descanso, medicación y actividades diarias. Los cambios pueden generar confusión, agitación o ansiedad.
- Cuida la hidratación y la alimentación
Ofrece líquidos de manera frecuente y opta por comidas ligeras, frescas y fáciles de digerir.
Evita las horas de mayor exposición solar y procura mantener los espacios bien ventilados.
El verano es una buena oportunidad para estimular con actividades sencillas: paseos al atardecer, baños de pies, juegos con agua, música veraniega o mirar fotos de veranos pasados.
- Cuidado con los viajes y las visitas
Los desplazamientos pueden provocar desorientación. Si es necesario viajar, intenta que los traslados sean cortos, y lleva objetos familiares que ayuden a reconocer el nuevo entorno (cojines, fotos, mantas...).
- Observa los cambios conductuales
Durante el verano, pueden incrementarse los síntomas conductuales como la agitación, el insomnio o la apatía.
El verano puede ser una época exigente para las personas cuidadoras. Busca momentos para descansar, delegar cuando sea posible y pedir apoyo.
Fuente: Psicocortex
Neuropsicología Alzheimer Tierra de Barros