Os hemos comentado muchas veces lo efectivo que es en nuestros enfermos de Alzheimer convertir cualquier actividad cotidiana en un ejercicio de estimulación, hoy os traigo dos ejemplos de ello:

Durante la sesión de fisioterapia grupal, que ahora en verano cuando hace buen tiempo la hacemos en nuestro jardín, cortamos algunas rosas y aprovechamos su olor para hacer estimulación sensorial, primero estimulamos el olfato con su perfume y luego evocamos recuerdos que nos provoque la flor, o les pedimos que nos cuenten cuando les han regalado rosas o si ellos las han regalado, si en algún momento les han llevado flores a la virgen… es un ejercicio muy sencillo, os recomiendo probarlo en cuanto tengáis ocasión, veréis cuantos recuerdos es capaz de despertar el simple olor de una rosa!

Un disminución de la capacidad para identificar olores podría indicar que la persona está desarrollando deterioro cognitivo cognitiva asociado al mal de Alzheimer. Por otra parte, los exámenes oculares podrían ser indicadores de la progresión de la proteína beta-amiloide en el cerebro, cuya presencia está asociada al Alzheimer.

Estos son los resultados de cuatro ensayos clínicos de investigación, que se han expuesto en la “Alzheimer's Association International Conference” celebrada en Copenhague.

Si las conclusiones de los estudios expuestos llegan a buen puerto para la utilización rutinaria en la práctica médica, podemos estar ante la puerta que nos abra definitivamente la posibilidad de establecer un diagnóstico temprano del mal del olvido, con las correspondientes consecuencias positivas tanto para los enfermos como para sus familias.

No es la primera vez que desde aquí, insistimos en lo importante de donar cerebros para que los bancos que se encargan de ellos puedan tener material suficiente como para encarar investigaciones con garantía de material adecuado.

Un ejemplo de ello son los Científicos de Biocaps, cuyo proyecto de financiación europea que coordinan la Universidad de Vigo y el Sergas, desarrolla ensayos relacionados con Alzheimer, Parkinson o Encefalopatías Espongiformes Transmisibles (EET).  Y es precisamente gracias al banco de cerebros del Chuvi, que se ha convertido en un centro de referencia tanto nacional como internacional.

Así pues, nunca nos cansaremos de repetir que DONAR UN CEREBRO ES DONAR VIDA.

La alimentación saludable, el ejercicio y el control de los factores de riesgo cardiovascular retrasan la aparición de demencia en las personas que tienen mayor riesgo de padecerla. Y no es que sea algo baladí, ya que lo ha mostrado un estudio dirigido Miia Kivipelto, científica e investigadora del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), uno de los más prestigiosos a nivel mundial.

Y es que,  tal y como se refleja en los últimos datos estadísticos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en torno a 35,6 millones de personas en todo el mundo tienen algún tipo de demencia, especialmente la tipo Alzheimer.

Para realizar el estudio longitudinal, los expertos analizaron durante dos años a 1.260 adultos finlandeses de entre 60 y 77 años, a los que les evaluaron los factores de riesgo que padecían en su vida diaria para poder desarrollar deterioro cognitivo y en último término,  Alzheimer.

Tras separarlos en dos grupos, uno en el que se dieron consejos de salud muy básicos, y nada más, y otro en el que los participante asistieron a un programa de dieta, ejercicio, salud cardiovascular y eventos sociales, los encargados del estudio comprobaron que los pertenecientes al grupo primero presentaban un mayor deterioro cognitivo que los del segundo grupo.

Visto los resultados, y como apuntaba la responsable de la investigación, es evidente que una vida sana no te garantiza el hecho de no padecer jamás la enfermedad de alzhéimer, pero si que reduce el riesgo de sufrirla, o incluso de retrasar su aparición.

Así pues, no nos queda más que poner en práctica ese estilo de vida que nos permitirá vivir más y mejor.