Miércoles, 07 Octubre 2015 15:58

LA GLUCOSA, EL ALIMENTO DEL CEREBRO

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No podéis dejar de leer y ver el vídeo resumen de la Psicóloga Celia Antonini concedió a Infobae, para explicar y asesorar sobre la utilización correcta de la glucosa, el principal nutriente de nuestro cerebro.

Y decimos asesorar, porque no es cuestión de consumirla mal, ya que así puede convertirse en un auténtico veneno, sino en consumirla correctamente para alimentar de forma sana a nuestro cerebro y al resto de nuestro cuerpo, sin que su consumo suponga un riesgo para la salud.
Muy interesante y altamente recomendable.

 

"En la nutrición, el cerebro gasta entre un 20 y 30 por ciento de energía. Se alimenta de glucosa y este es su nutriente esencial. Mucha gente confunde glucosa con azúcar y el azúcar no es bueno para el cerebro", afirmó la psicóloga y escritora Celia Antonini en diálogo conInfobae. El azúcar, la pasta y las gaseosas son alimentos negativos para el órgano más importante del cuerpo humano, ya que se asimilan rápidamente y generan que haya una pronta desestabilización. Además, son de absorción rápida y esto no es bueno para el cerebro. En cambio, la glucosa -de absorción lenta- libera la energía gradualmente favoreciendo al organismo. El pan y la harina integral, el arroz y las lentejas son algunos de los ejemplos más comunes a la hora de pensar en glucosa.

"El cerebro busca gastar la mínima energía posible, por eso cada vez que la mente quiere cambiar algo cuesta tanto. Cuando se busca modificar un hábito, el cerebro se acentúa como un enemigo interno ya que no quiere "pensar" de nuevo. Le gusta repetir acciones y pensamientos pasados", dijo Antonini.

El cerebro va formando un mapa e intenta seguirlo a medida que se va avanzando en la vida. Es vago a la hora de querer cambiar. Automatizado. Crea hábitos continuamente para evitar pensar algo que alguna vez ya formuló. "La mayor parte de las cosas las hacemos automáticamente, por eso mismo siempre se piensa de la misma manera y se vuelve a recordar las mismas cosas. Hay una gran desinformación acerca de la importancia que tienen los alimentos que ingerimos en el cerebro", explicó Antonini.

Emociones vs. pensamientos

El trabajo arduo de modificar una acción negativa conlleva la toma de fuertes decisiones. En la comida, generar un nuevo hábito alimenticio atrae la eliminación de todo lo que, anteriormente, estaba perjudicando. Además de la repetición continua, sumada a la voluntad y la fortaleza que ocasiona tomar decisiones, es importante saber diferenciar el rol de las emociones del rol de los pensamientos.

EL CEREBRO NECESITA ALREDEDOR DEL 20 POR CIENTO DE LA ENERGÍA QUE SE INGIERE EN LOS ALIMENTOS

"Las emociones actúan como un caballo y el pensamiento actúa como el jinete. Se van regulando. La creencia puede ser el mejor aliado o el peor enemigo del pensamiento porque, cuando uno cree algo negativo, no lo pone en duda y se articula la creencia. Además, al cerebro no le gusta cambiar y no le importa si los pensamientos son negativos, positivos o placenteros", explicó la psicóloga.

El autoestima es uno de los pilares fundamentales a la hora de bajar de peso o encarar una dieta saludable. Es la confirmación de lo que realmente se cree.

Cómo mantener un cerebro sano

 

  • Llevar a cabo una dieta saludable
  • Mantenerse en el peso ideal
  • Practicar acitividad física
  • Mantener una actividad social/cognitiva
  • Eliminar hábitos desmedidos (cigarrillo, alcohol, entre otros)

 

Los procesos de alimentación no deben modificarse de un día para el otro. Los cambios drásticos terminan generando impaciencia, malestar y trastornos negativos en el cuerpo. A la hora de bajar de peso o encarar un plan alimenticio saludable, es conveniente hacerlo a pasos pequeños. Lograr un estilo de vida sana está directamente relacionado con la paciencia que se tiene a la hora de encarar una nueva rutina.

Comer con moderación e incluir alimentos variados en cada comida (frutas y vegetales), aumentar el consumo de jugos antioxidantes, lácteos, reducir la ingesta de productos procesados y con alto nivel de grasas saturadas, disminuir el colesterol, el consumo del azúcar y la sal e ingerir abundante agua durante todo el día.

 

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