La palabra sarcopenia es de origen griego: ‘‘sarco’’ - músculo y ‘‘penia’’- pérdida. En 1989 Rosenberg acuñó por primera vez este término para describir la pérdida de músculo esquelético durante el envejecimiento.
Se trata de una enfermedad progresiva y generalizada del músculo esquelético que comienza con la disminución de la fuerza, luego de la masa muscular y finalmente, del rendimiento físico. Se considera consecuencia del envejecimiento normal, aunque si coexiste con otro proceso patológico puede acentuarse. Está relacionada con el envejecimiento, pero no afecta igual a toda la población, ya que está ligada a diferentes y múltiples factores entre los que se encuentran un estilo de vida sedentario o la inactividad física por convalecencia, patologías endocrinas como la diabetes, procesos inflamatorios u otro tipo de dolencias como el cáncer. La carga genética individual también puede favorecer o no su aparición.
El tratamiento de la sarcopenia se basa en dos pilares fundamentales: actividad física y dieta. El entrenamiento físico mediante ejercicios de resistencia es la medida terapéutica más eficaz para la prevención y tratamiento de la sarcopenia, ya que produce una mejora de la masa, fuerza y resistencia muscular. Están recomendados los ejercicios de resistencia externa con el uso de bandas, pesas o del peso del propio cuerpo. Habrá que valorar cada caso de forma individualizada para ajustar los ejercicios a las posibilidades de cada persona. La dieta debe ser sana y con una adecuada ingesta de proteínas que, en ocasiones, puede ser mediante suplementos. Debe valorarse también la necesidad de dar suplementos de vitamina D en caso de existir hipovitaminosis, dada la implicación de esta vitamina en el desarrollo de sarcopenia.
Fuente: https://inforeuma.com/wp-content/uploads/2021/06/SARCOPENIA.pdf
Rosa Ana García
Psicología Alzheimer.