Lo ideal es que o bien el médico o el fisioterapeuta sea quien establezca los tiempos de reposo y movilización, pero os explicamos dos ejercicios que podéis hacer en casa, que son muy sencillos y no comprometen la recuperación de nuestro enfermo:
- Nos colocamos sentados en una silla con flexión de 90º-90º de cadera y rodilla apoyando los pies en el suelo. Se realiza presión en el suelo durante 5-10 segundos y se descansa otros 3-5 segundos. Se realizan 3 series de 10 repeticiones. Podemos colocarnos en una silla enfrente y pedirle que haga lo mismo que nosotros, incluso podemos colocar una esterilla en el suelo y pedirle que la pise poco a poco, a medida que el dolor sea menor conseguirá aumentar la presión.
- Colocamos al paciente tumbado o sentado en una silla con el pie en alto y hara diferentes movimientos de tobillo sin resistencia: flexión plantar, flexión dorsal, inversión y eversión dentro del arco doloroso. Es decir, pie hacia delante y hacia atrás y dar vueltas con el tobillo hacia un lado y otro, al igual que en el ejercicio anterior podemos realizarlo con nuestro pie para que el paciente nos copie y comprenda que le estamos pidiendo o si el estado cognitivo no permite la comprensión, podemos realizárselo nosotros de manera pasiva, poco a poco y sin forzar.
Marina Preciado Hortigón. Fisioterapeuta de Alzhéimer “Tierra de Barros”