Nosotros siempre fuimos de abrazar mucho, el contacto interpersonal calma y reconforta el corazón, más aún en un enfermo de Alzheimer, en muchas ocasiones el lenguaje se pierde, el afecto pasa a ser una manera esencial de comunicación
Los abrazos son esenciales, ya desde pequeños nos aportan seguridad y confianza, pero además son beneficiosos para la salud, mejoran la circulación sanguínea y aumenta los niveles de serotonina, reduciendo así el estrés y provocando felicidad, incluso reforzando el sistema inmunitario…no se puede pedir más!
La pandemia actual nos ha arrebatado muchas cosas y los abrazos son una de ellas, aunque ahora los hacemos a distancia, no son igual, por eso os pedimos que nos ayudéis, ¡reemplazadnos!, aprovechad aquellas personas que convivís y no escatiméis en achuchones, fuertes, calmados, largos, de los que dejan huella…
Nuestra querida compañera Magdalena Galindo siempre decía:” la memoria esta en los besos”, y yo le añado… y en los abrazos!
Marina Preciado Hortigón (Fisioterapeuta centro de día de alzhéimer “Tierra de Barros”)