Hazle un favor a tu cerebro y elige alimentos saludables para tu corazón y para tu cintura. La obesidad en la mediana edad multiplica por dos las probabilidades de sufrir demencia más adelante. El colesterol alto y la hipertensión aumentan ese riesgo, porque afectan negativamente a las neuronas. Prueba a cocinar tus alimentos al horno o a la plancha, en lugar de freírlos. Cocina con grasas “buenas”, como el aceite de oliva, y evita mantequillas y las grasas de la carne. Come frutas y verduras de todos los colores. Incluye pescado en tu dieta.

Todos sabemos lo importante que son unos buenos zapatos, en más de una ocasión nos habremos puesto un calzado que nos ha dejado los pies destrozados, o por problemas de tamaño, el material, tacón excesivo o incluso suela demasiado delgada. Si son importantes para nosotros que nos movemos sin dificultad imaginaos lo importantes que son en personas que tienen problemas para caminar o alteraciones de la marcha, como en algunos casos de nuestros mayores con Alzheimer.

El ejercicio, especialmente el que eleva el ritmo cardiaco, como caminar o nadar, también aporta ventajas mentales. Los expertos no están seguros del motivo, pero lo cierto es que la actividad física hace aumentar el flujo sanguíneo en el cerebro y mejora los vínculos entre las células cerebrales. Mantenerse activo puede ayudar a la memoria, a la imaginación e incluso a la capacidad de planificar tareas.

“Amor” la película dirigida por Michael Haneke, recoge la historia del matrimonio entre Georges y Anne. En dicha película se pueden observar los diferentes estados y emociones que abordan a la figura de un cuidador principal. En una sola palabra, el título de la película recoge la esencia del cuidar: hacer reír, compartir momentos, tener paciencia, respetar las decisiones del enfermo, contar historias…