Es la encargada de mantener la bóveda plantar, es decir el arco de nuestro pie. Como podéis imaginar esta todo el día en tensión y en verano tiene que hacer trabajo extra al no tener el calzado sujeto bien al pie, por lo que es normal que duela.
El problema no es que moleste un poco, es que puede llegar a doler mucho, creando mucha incapacidad. Suele aparecer con un dolor punzante, al iniciar el movimiento, los primeros pasos al caminar después de un rato sentado pueden ser muy dolorosos, a medida que se calienta la zona y recupera flexibilidad disminuye.
¿Qué podemos hacer si notamos dolor en el talón al comenzar a andar? Lo primero acudir a nuestro médico que confirme el diagnóstico y nos prescriba el tratamiento antinflamatorio más adecuado, lo segundo acudir al fisioterapeuta que nos trate la fascia, para disminuir la tensión y recuperar la flexibilidad de la misma y si es un problema que nos ocurra con frecuencia lo tercero que debemos hacer es acudir a un podólogo que nos realice un estudio biomecánico de la marcha para valorar si la causa de la fascitis está relacionada con la forma de la pisada y decidir si es necesario el uso de plantillas.
Mientras tanto, podemos adoptar una serie de medidas en casa:
- Elige un buen calzado de verano; los zapatos más apropiados tienen que aportar sujeción al pie y tener la máxima amortiguación en la suela, las chanclas o las sandalias no están diseñadas para caminar largas distancias y su uso debe ser limitado y alternarse con otros tipos de calzado.
- Mantener buena movilidad de tus músculos y articulaciones, realizar ejercicios de estiramiento del pie y de la pantorrilla, sobre todo, antes de comenzar a andar o después de realizar algún esfuerzo. El automasaje de pies y la aplicación de frio local también es una buena ayuda para disminuir el dolor
Marina Preciado Hortigón. Fisioterapeuta de Alzhéimer “Tierra de Barros”