Equipos científicos de las universidades de Exeter (Gran Bretaña) y las norteamericanas de Columbia, Florida, Washington, Pittsburg y Michigan, trabajan con grupos de ancianos que han desarrollado distintos grados de Alzheimer, procurando establecer pautas que permitan anticipar la evolución de la enfermedad.
Los primeros descubrimientos confirman que la falta de vitaminas, facilita el desarrollo de la afección, y particularmente en el caso de la deficiencia de la vitamina D, ello significó que los ancianos tuvieran hasta un 53% más de riesgo de padecer demencia de diferentes tipos.
En el caso particular del Alzheimer, quienes tuvieron deficiencia de vitamina D, alcanzaron un 69%más de riesgo, y si la carencia de esa vitamina en particular fue grave, el riesgo aumentó hasta un 122%.
El trabajo ha sido realizado sobre centenares de pacientes mayores de 65 años, a lo largo de seis años, sin demencia, enfermedad cardiovascular ni cerebrovascular, al comienzo de los análisis, según publica la revista especializada Neurology.
Una relación con la hipovitaminosis el doble de lo previsto
Si bien los especialistas conocían la existencia de una relación entre la deficiencia vitamínica y la evolución de la demencia, en la investigación se logró establecer que la hipovitaminosis es mucho más responsable de lo que se creía. La relación entre ambos factores, es hasta el doble de lo previsto. En esa línea intentan determinar ahora si la ingesta de suplementos de la vitamina D, o un mayor consumo de alimentos que la contienen, particularmente los pescados “azules”, puede retrasar o eventualmente prevenir el desarrollo del Alzheimer.