La disfagia es un problema de alimentación que está asociado a pacientes con demencia. Debido a una musculatura masticatoria más débil, y a las conexiones cerebrales pertinentes el acto de deglutir y/o masticar se ve afectado. Es un problema a tener en cuenta, ya que, si no es atendido puede afectar a la nutrición, hidratación, pérdida de peso e infecciones respiratorias graves en el enfermo.
¿Cuáles son las señales de alarma?
- Se escapa la comida de la boca.
- Retiene la comida en la boca.
- Realiza varios intentos de tragar.
- Carraspea frecuentemente tras tragar.
- Tos.
- Atragantamiento.
- Mejor tolerancia a comidas espesadas.
La disfagia se puede identificar por la dificultad para formar el bolo en la boca y/o la dificultad para que el bolo vaya de la boca al estómago.
Debemos tener en cuenta que hay algunos alimentos que son más peligrosos como puede ser líquidos claros como el agua, alimentos con diferentes texturas (sopas), alimentos que se puedan pegar a la cavidad bucal (lechuga).
Las indicaciones en estos casos es utilizar espesantes e ir adaptando la textura de las comidas. La idea es que los alimentos vayan siendo lo más homogéneos posibles en su textura. No porque alguien empiece a tener problemas de disfagia le administraremos desde primer momento una dieta completamente triturada. Iremos adaptando según las necesidades que vaya presentando. Administrar espesantes en los líquidos claros será de las primeras medidas que debamos adoptar. Muchos platos de comida podrán seguir administrándose sin grandes cambios. Bastará, por ejemplo, con aplastar las patatas de un cocido para hacer que el caldo que contenga no esté muy líquido.
Psicología Alzheimer.
Rosa Ana García.
Fuente: MANUAL FORMATIVO CEAFA. file:///C:/Users/user.user-PC/Desktop/ROSANA/10.%20Estimulaci%C3%B3n%20Cognitiva/manual-formativo-ceafa-ffm.pdf