Por eso la OMS pone en marcha una campaña que pretende animar a los gobiernos a poner fin a las subvenciones al cultivo de tabaco y utilizar los recursos ahorrados para ayudar a los agricultores a cambiar a cultivos más sostenibles que mejoren la seguridad alimentaria y la nutrición.
Cada año, el tabaco mata a millones de personas, de manera directa o indirecta, ya que el tabaquismo es precursor y acelerador de muchas patologías, entre ella el alzhéimer, fumar aumenta los niveles de homocisteína plasmática, un factor de riesgo que también está relacionado con varios tipos de demencia. Asimismo, acelera la aparición de arterioesclerosis, provoca endurecimiento de los vasos sanguíneos del corazón y cerebro y causa estrés oxidativo, que conduce a la muerte neuronal.
Pero según la OMS la relación entre el tabaco y el Alzheimer no solo afecta a los fumadores directos, el fumador pasivo aumenta hasta un 78% el riesgo de demencia, especialmente cuando la exposición se produce en el domicilio.
Por todo esto, hoy y todos los días…