Nuestro cuerpo va sufriendo cambios, los huesos y articulaciones cada vez son más frágiles y a nivel muscular perdemos flexibilidad y densidad en los músculos. No solo eso, disminuye nuestra capacidad de reacción, el equilibrio y la estabilidad, lo cual nos hace más propensos a los tropezones y caídas u por consecuencia de estas a las fracturas.
Pero hay que tener en cuenta que la mayor pérdida de potencia muscular y el equilibrio no se debe solo al envejecimiento, sino también a la inactividad física. Por eso es tan importante la Gerontogimnasia, y no es que se trate de ejercicios exclusivos para la tercera edad, sino de la adaptación del ejercicio básico a las necesidades de un grupo de pacientes.
Aunque se pueden realizar miles de ejercicios y todos de manera diferente siempre será recomendable seguir una serie de recomendaciones:
- Realizar una valoración exhaustiva de las condiciones de cada paciente
- Valorar el equilibrio para decidir si puede realizar los ejercicios de pie o sentado
- Respetar siempre la regla del no dolor, el paciente no debe sentir dolor al realizar su pauta de ejercicios
- Que sea en todo el rango articular posible
- Dejar tiempo de descanso entre ejercicios
- No llegar a la fatiga física o muscular
En muchos casos en las sesiones de gerontogimnasia se hace uso de complementos, como gimnasia con pelotas o aros. Además, se trabaja muchas veces por medio de actividades y juegos que refuerzan la sociabilidad de los pacientes y se apoyan en la diversión. El hecho de realizar este tipo de actividades en grupo, favorece la sociabilización, de hecho, suele ocurrir que pacientes que rechazan la fisioterapia individual aceptan sin reparos los ejercicios grupales.
Por ejemplo, nosotros en el centro de día realizamos dos sesiones de Gerontogimnasia grupal a la semana, con una duración de media hora en la que hacemos la siguiente secuencia de ejercicios:
- Flexo-extensión de cabeza: Miramos hacia arriba y hacia abajo. (Decimos lentamente que sí con la cabeza)
- Rotación de cuello: Miramos hacia un lado y hacia el otro (Negamos con la cabeza lentamente hacia ambos lados).
- Elevación de hombros: Lentamente subimos y bajamos los hombros.
- Rotación de hombros hacia atrás. Hacemos círculos lentamente hacia atrás
- Elevación de brazos: subimos lentamente los brazos y los bajamos (hasta donde pueda llegar cada uno sin dolor)
- Flexión de codos
- Rotación de muñecas: Giramos las muñecas lentamente, primero en una dirección y luego en otra.
- Apertura y cierre de manos: Abrimos y cerramos las manos estirando los dedos todo lo que podamos.
- Elevación de la pierna con la rodilla flexionada: Subimos alternativamente una pierna y la otra manteniendo la rodilla en flexión.
- Extensión de rodilla: subimos lentamente la pierna para extender la rodilla y la bajamos.
- Flexo-extensión de tobillos
Marina Preciado Hortigón. Fisioterapeuta de Alzhéimer “Tierra de Barros”