En esta etapa tendremos dos principales problemas contra los que luchar:
-Los problemas respiratorios: Debido a la disminución de la movilidad y a la incapacidad de toser se produce un aumento en el acumulo de secreciones pudiendo provocar infección de las vías respiratorias. También debemos prestarle especial atención a los problemas de aspiración por las dificultades en la deglución. Cuidaremos la alimentación de nuestro paciente de alzhéimer adecuando la textura de la comida a su estado físico y a sus capacidades cognitivas
-El encamamiento: a medida que se avanza la demencia la bradicinesia evoluciona a hipocinesia (que es disminución progresiva de los movimientos) e incluso acinesia (ausencia de los mismos) dificultando aún más la marcha y favoreciendo la inmovilización. A nuestro enfermo de Alzheimer le va costando más moverse de manera estable y el miedo a las caídas le impide moverse con autonomía y libertad. Debemos estimular la deambulación estableciendo una zona de seguridad para que él pueda caminar sin riesgos en el domicilio.
Si llega el momento de usar silla de ruedas prestaremos especial atención al cuidado de la piel y de la postura para prevenir deformidades y retracciones.
No dudéis en pedir consejo a vuestro médico y fisioterapeuta, son los que mejor os pueden ayudar a establecer un plan de acción para el tratamiento físico de vuestro familiar de Alzheimer
Marina Preciado (Fisioterapeuta Alzhéimer “Tierra de Barros”)