Martes, 28 Junio 2016 09:58

CONSEJOS PARA MANEJAR LOS PROBLEMAS DE INCONTINENCIA EN LOS ENFERMOS DE ALZHÉIMER

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Incontinencia

La incontinencia, o dificultad e imposibilidad de un enfermo para controlar sus esfínteres, es quizás uno de los síntomas más angustiosos tanto para el enfermo, si aún es consciente de ciertas limitaciones que padece, como para los cuidadores.

Es muy difícil saber a ciencia cierta cómo controlar este tipo de situaciones ya que a veces los problemas de incontinencia no obedecen a ninguna causa o razón, simplemente suceden como un paso más el camino del deterioro físico y cognitivo que provoca la enfermedad, pero sí que hay determinadas pautas que pueden seguirse para combatirla, en la medida de lo posible para afrontarla con relativa eficacia, sin que suponga un momento angustioso para paciente y cuidador cada vez que suceda.

Por eso no podéis dejar de leer este interesante artículo que compartimos con vosotros a continuación, porque os dará pautas y estrategias útiles para este tipo de complicaciones derivadas de la enfermedad.

 

A medida que la enfermedad avanza, el paciente va perdiendo la capacidad para realizar las actividades cotidianas como vestirse, alimentarse, realizar la higiene personal, ir al cuarto de baño… Es importante permitir al enfermo que realice autónomamente estas actividades cotidianas mientras pueda, explicándole lo que tiene que hacer y facilitándole lo posible para que lo haga.

Con respecto a las pérdidas de orina involuntarias, que aparecen en el 60-80% de las personas con Alzheimer, el problema puede generar complicaciones como irritaciones, heridas, infecciones urinarias o vaginales, dermatitis, prurito, etc. Esto al final repercute no solo en la calidad de vida del paciente, sino también en la del cuidador.

En las primeras fases puede bastar con tener precauciones como:

  • Llevar a la persona al baño cada 2-3 horas sin esperar a que lo pida.
  • Estar atento ante señales como inquietud o ganas de quitarse la ropa.
  • Limitar el consumo de líquidos, principalmente por la noche.
  • Llevar a la persona al baño antes de acostarse y después de las comidas.
  • Utilizar ropa sencilla y fácil de quitar.
  • Planear las salidas del domicilio con anterioridad.
  • Cambie la ropa lo antes posible si se ha producido un pérdida de orina.

En fases más avanzadas habrá que recurrir a la utilización de absorbentes de incontinencia adecuados. Estos serán diferentes para cada uno de los pacientes. El farmacéutico puede asesorar al cuidador sobre cuál es el más adecuado para cada persona. Estos absorbentes son además financiados por la Seguridad Social, por lo que una vez elegido el producto que mejor se adecue al paciente se puede solicitar la prescripción al médico.

Los absorbentes son productos que, además de absorber la orina, mantienen la piel seca y neutralizan el olor de la misma, por lo que suponen una indudable mejora en la calidad de vida.

El farmacéutico, antes de indicar el producto idóneo, hará una evaluación del tipo de incontinencia, ofreciendo la mejor solución en función de la gravedad de la incontinencia, la movilidad del paciente, el estado cognitivo, la colaboración del paciente y el contorno de la persona, para que el absorbente se ajuste lo mejor posible.

Fuente: http://knowalzheimer.com/alzheimer-e-incontinencia/

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