Posiblemente algunos de nuestros lectores puedan pensar que a veces pecamos de excesivamente catastróficos con respecto al futuro que se avecina con el mal de alzhéimer. Algunos, al ver el titular de esta entrada, y de otras muchas con características parecidas, creerán que somos excesivamente pesimistas y que “la cosa” no es para tanto.
Pero, aunque nos cueste admitirlo, la triste realidad es que nos acercamos a un futuro muy negro con respecto a esta dolencia, y las cifras que aparecen en el artículo que os presentamos a continuación así lo corroboran.
En esta ocasión, ha sido Estados Unidos el país que se ha encargado de derivar una enorme partida presupuestaria para investigar el mal del olvido, en base a las cifras de incidencia que se vislumbran (afectará al 40% de los mayores de 75 años).
400 millones de dólares ha destinado el gobierno estadounidense para la investigación sobre las demencias degenerativas, una cifra nunca vista anteriormente teniendo en cuenta que ni para la investigación sobre el SIDAS se ha invertido tanto.
Si esto es así, si la mayor potencia mundial ha decidido tirar la casa por la ventana en este sentido, parémonos a pensar que quizás no es que seamos poco halagüeños con lo que viene, sino que igual nos quedamos cortos.
Ojalá otros gobiernos tomen ejemplo porque una pandemia de salud de estas dimensiones puede suponer una catástrofe sanitaria a nivel mundial.