Un nuevo estudio, publicado en la revista Journal of the American Medical Association – Neurology (JAMA Neurology), muestra cómo los niveles de orexina, un neurotransmisor presente en el líquido cefalorraquídeo (LCR), juegan un papel fundamental en la regulación del ciclo sueño–vigilia en los pacientes con enfermedad de Alzheimer.
La interrupción del sueño se desarrolla en la enfermedad de Alzheimer a causa del deterioro de las vías de la regulación del ciclo sueño–vigilia, y la orexina contribuye a la regulación de este ciclo incrementando la frecuencia del despertar y prolongando el tiempo de desvelo.
Los autores llevaron a cabo un estudio caso–control desde el 1 de agosto de 2012 hasta el 31 de mayo de 2013, en el que incluyeron a 48 pacientes con alzhéimer no tratado farmacológicamente, clasificándolos en estadios leve, moderado y grave en función de sus puntuaciones en el Mini–Mental State Examination(MMSE). El grupo control contó con 29 participantes con distribuciones similares en edad y sexo al grupo con alzhéimer.
En todos los participantes se evaluaron los niveles de orexina, proteína τ y β–amiloide1–42 en suLCR, y se realizó un examen polisomnográfico de las variables del sueño nocturno, evaluando tiempo total de sueño, eficiencia del sueño, latencias del inicio del sueño y del sueño de movimiento ocular rápido (MOR o REM), fases REM y no–REM del sueño y desvelos tras el comienzo del sueño, además de las puntuaciones en el MMSE.
Los pacientes con enfermedad de Alzheimer moderada a grave presentaron unos niveles medios de orexina más altos que los controles, y un sueño más deteriorado en comparación tanto con los controles como con los enfermos en estadio leve. Por otro lado, los niveles de orexina se correlacionaron con los niveles totales de proteína τ en el grupo con alzhéimer. Además, el deterioro cognitivo se correlacionó con el deterioro de la estructura del sueño.
En sus conclusiones, los autores afirman:
«Nuestros resultados demuestran que, en la enfermedad de Alzheimer, los niveles incrementados de orexina en el LCR están relacionados con un deterioro paralelo del sueño, que parece estar asociado a declive cognitivo. Por lo tanto, el sistema orexinérgico parece estar disregulado en la enfermedad de Alzheimer, y tanto su liberación como su función parecen estar sobreexpresadas a lo largo de la progresión del proceso neurodegenerativo. Esta sobreexpresión puede resultar de un desequilibrio en las redes de neurotransmisores que regulan el ciclo sueño–vigilia, inclinándolo hacia el fomento de la vigilia por parte del sistema orexinérgico».