"Nuestros experimentos en animales demostraron que la pérdida de esas neuronas producía un grave insomnio", ha explicado Clifford Saper, primer autor del trabajo. Las ratas que lo sufrían "dormían la mitad que los animales normales, y su sueño estaba muy fragmentado", añadió.
Esta fue tan sólo una primera parte del trabajo y hasta llegar a la conclusión de los humanos hubo que pasar varios obstáculos. El primero de todos estos problemas fue el de identificar la zona equivalente al cerebro de los humanos.
Y el segundo llegar a medir la destrucción cerebral con el insomnio. Para todo esto los investigadores contaron con la ayuda del Proyecto Rush sobre Memoria y Envejecimiento y el descubrimiento de un neurotransmisor, la galanina, que se relaciona con la actividad de esa zona cerebral.
Lo curioso, es que este estudio surgió para saber el porqué de la aparición de las demencias, eso sí, este estudio no esta muy alejado del que se pretendía al principio ya que se descubrió que las personas con alzhéimer también tienen grandes problemas para dormir.
La conclusión es que las personas que tienen más de 6.000 neuronas pasan hasta el cincuenta por ciento de su sueño tranquilos y los que tenían menos de 3.000, dormían un cuarenta por ciento peor.
MADRID, 2 Sep. (CHANCE)