Los ovillos neurofibrilares intracelulares de proteína Tau fosforilada (ONT) constituyen una de las características distintivas del cerebro afectado por la enfermedad de Alzheimer. Investigadores de un equipo italo-americano, liderados por Hui Zheng, del Centro Médico Baylor, han descubierto que el factor de transcripción EB reduce los ONT y rescata de las deficiencias sinápticas y cognitivas asociadas, sin causar efecto adverso alguno cuando se expresa en ratones normales.
Los animales portadores de un vector viral que induce la expresión de EB mostraron menos signos deneuroinflamación y capacidades de aprendizaje y memoria similares a las de ratones normales. Los científicos también hallaron que EB regula específicamente la eliminación de las formas mal plegadas e hiperfosforiladas de la proteína Tau, tanto en forma soluble como agregada, dejando intacta la forma normal. En este modelo, EB no tiene ningún efecto sobre la patología beta amiloide, lo que refuerza la teoría de que la beta amiloide tiene un papel secundario en la enfermedad.
EB regula los procesos de autofagia por los que las proteínas dañadas o mal conformadas son recicladas en el compartimento lisosomal. Por otra parte, la disfunción de estos procesos ha sido propuesta como factor etiopatogénico en varios tipos de demencia. Dado que la patología Tau muestra mejor correlación clínica con la enfermedad que las placas amiloides, las terapias dirigidas a Tau pueden tener mayor probabilidad de éxito. La elevada especificidad de TFEB frente a las formas aberrantes de la proteína Tau lo convierten en un atractiva diana terapéutica.