La demencia de cuerpos de Lewy es una patología que se confunde fácilmente con la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, las diferencias entre ambos cuadros clínicos son notables, tanto en tratamiento como en síntomas. Mientras que en los pacientes de Alzheimer la primera capacidad en verse afectada es la memoria, en el caso de este tipo de demencia lo son la atención y la percepción visual. Gracias a un estudio llevado a cabo por investigadores americanos, hoy existe una nueva pauta que permitirá identificar con mayor claridad cuándo se trata de una o de otra patología
Expertos de la Clínica Mayo de Jacksonville de Florida, en Estados Unidos, elaboraron una nueva pauta fiable para diferenciar la demencia de cuerpos Lewy de la enfermedad de Alzheimer. Se trataba de observar los cambios específicos en la actitud de alerta y cognitiva. La herramienta fue presentada durante una reunión de la Asociación Médica Americana que se centró en la enfermedad de Alzheimer.
Los cuerpos Lewy son proteínas de forma redondeada que se agrupan en el cerebro y que son consideradas la clave patológica de la enfermedad de Parkinson. Estos cuerpos, que nunca se encuentran en los cerebros sanos, en el caso del Parkinson se localizan en una zona del cerebro llamada sustancia nigra. Cuando aparece la demencia que recibe su nombre se sitúan en la corteza cerebral. A pesar de que la demencia de Lewy supone entre el 20 y 35 por ciento de las demencias en Estados Unidos, su tratamiento y su diagnóstico son complicados debido a la falta de información al respecto.
Variaciones en la capacidad cognitiva
Los autores del estudio, el doctor Ferman y sus colegas, analizaron las variaciones en los problemas para pensar y concentrarse en personas con Alzheimer, con demencia de Lewy e individuos sanos (individuos que no habían sido diagnosticas con ninguna demencia).
“La fluctuación en la capacidad cognitiva es un síntoma significativo de esta forma de demencia. Sin embargo, ha sido causa de numerosas controversias debido a que engloba un gran número de comportamientos, algunos de los cuales resultan comunes a otras patologías e incluso al proceso natural de envejecimiento”, explica Ferman, del departamento de Psiquiatría y Psicología de la Clínica Mayor de Jacksonville en Florida, Estados Unidos. “A pesar de los intentos realizados por describir detalladamente dichos comportamientos, nunca hasta ahora habían sido utilizados como herramientas de diagnóstico”, añade.
Las fluctuaciones cognitivas propias de la demencia de Lewy incluyen episodios de confusión, exceso de somnolencia, inatención, discurso incoherente y cambios en las capacidades para desarrollar tareas. Cuando esto ocurre, los miembros de la familia suele describir a los pacientes de “ausentes”.
Cuatro características fundamentales
Durante la investigación los autores compararon las variaciones cognitivas mencionadas de tres grupos: un grupo control compuesto de 200 adultos sanos, 70 pacientes con Alzheimer y otros 70 diagnosticados con demencia de cuerpos Lewy. Por su parte, los cónyuges, hijos mayores y cualquier allegado a los participantes proporcionaron información sobre los mismos.
Cuatro características fundamentalmente diferenciaron a los sujetos de los tres grupos:
- Somnolencia diurna a pesar de haber dormido las horas suficientes.
- Dormirse dos o más veces durante el día.
- Mirada fija y ausente durante periodos largos.
- Episodios de discurso desorganizado.
“Tan sólo el 11 por ciento de los que formaban el grupo control registraron uno o dos de estos síntomas. En el caso del grupo de pacientes con Alzheimer, no era raro encontrar individuos con uno o dos, mientras que entre los diagnosticados con la demencia de Lewy, un 63 por ciento contaban con tres o cuatro de ellos”. Se constituyen como nuevas evidencias fiables que permiten diferenciar ambas enfermedades.
Diferencias en el abordaje de la enfermedad
“Tratamientos que resultan útiles para los pacientes de Alzheimer pueden agravar los síntomas de la demencia de Lewy, como las alucinaciones y los signos de parkinsonismo. Por el contrario, otras terapias que a penas ayudan en el caso del Alzheimer, pueden causar un impacto espectacular en la enfermedad de Lewy”, añade el doctor Ferman. “Es fundamental realizar un diagnóstico correcto porque el tratamiento adecuado puede ayudarnos a manejar los síntomas”.
Tanto la enfermedad de Alzheimer como la demencia de Lewy son demencias que se caracterizan por un descenso en las capacidades de pensamiento (mayores de las que aparecen con el simple envejecimiento) que interfieren en la vida diaria. En el Alzheimer la primera en verse afectada es la memoria, mientras que en la demencia de Lewy lo son la atención y la percepción visual. Diferencias que podrían ser consecuencia de diferentes daños cerebrales. Además, los segundos pueden padecer alucinaciones, problemas en la movilidad como los del Parkinson y/o fluctuaciones cognitivas.
Fuente: Onda Salud
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