Siempre hablamos del rol que desempeñan los cuidadores principales de los enfermos dependientes, de la importancia de su figura en el cuidado de los mismos y de la necesidad de cuidarlos y apoyarlos también a ellos a la par que al enfermo.
Y es tan cierto como la vida misma, pero también debemos tener presente a los llamados CUIDADORES SECUNDARIOS, esas personas que se encargan de ayudar al cuidador principal en la atención al enfermo y que en muchas ocasiones ocupan un protagonismo importante en los cuidados.
Son esos hijos, hermanos, vecinos, amigos, primos, tíos, etc. que siempre están ahí para ayudar y apoyar al cuidador principal y que, aunque no lo parezca, sufren tanto o más que ellos, porque no solo ven sufrir al enfermo sino a quien los cuida, y el dolor es doble y la impotencia de no poder hacer más se acrecienta.
Por eso hoy queremos mostraros esta entrevista, tan emotiva y esclarecedora, a la hermana de una mujer con parálisis cerebral, que explica desde el afecto y el cariñó, lo que supone ser cuidador secundario de un enfermo, y los gastos afectivos, físicos y emocionales que este hecho conlleva.