Se desconocen muchas cosas todavía de esta enfermedad, de hecho, no fue reconocida po0r la OMS como tal hasta 1992, presenta gran variedad de síntomas, pero hay algo característico y común a todos, la fatiga. Podemos encontrarnos alteraciones cognitivas, como la dificultad para concentrarse y una sensación general de confusión mental. Muchos pacientes tienen también síntomas de síndrome de intestino irritable, cistitis intersticial, migraña, cefaleas tensionales, alteraciones del sueño, sensibilidad a la luz y parestesias. Otro síntoma generalizado es la ansiedad y la depresión.
Todos estos síntomas pueden exacerbarse por factores ambientales o tensión emocional, falta de sueño, traumatismo, por exposición a la humedad o al frío. El problema con el que se encuentran estos pacientes es la falta de una evidencia clínica y muchas veces pasan años en los que son denostados y tratados como pacientes depresivos en los que los síntomas están en su cabeza o en su actitud. El diagnóstico es difícil y pasa por la exploración física a la búsqueda de la presencia de 18 puntos dolorosos en áreas específicas del cuerpo y que son sensibles a la palpación, pero no presentan edema ni otras causas que pudieran ser en origen del dolor.
Aunque en principio no parece que guarde relación con el Alzheimer, si esta indirectamente relacionada, ya que es más frecuente en mujeres jóvenes, por lo que puede ser concebida como patología del cuidador, lo que resulta interesante conocer los síntomas y estar alerta cuando inicien para acudir al doctor a un diagnóstico diferencial adecuado.