El paseo debe incluirse como un aspecto más de la rutina del cuidado.  La mañana suele estar ocupada por numerosas actividades cotidianas: levantarle, asearle, desayunar o preparar la comida. Es por ello, que durante la tarde aprovechando el buen tiempo, es una buena opción, sabiendo que esta activación hará que el enfermo llegue más calmado en la noche y pueda descansar mejor.

Adapta el paseo a su ritmo, tómese su tiempo, no le meta prisa. Si desea parar durante algunos momentos, hágalo. Puede plantearse caminar por recorridos donde haya bancos, o alguna iglesia que visitar (si es que eso se adapta al gusto de tu familiar). Tenga en cuenta que para su familiar es más adecuado realizar el mismo trayecto, pasear siempre por las mismas calles, ir al mismo parque. La rutina es cosa imprescindible.

El paseo no constituye solamente un ejercicio físico. Ofrece infinitas posibilidades de estimulación: visuales (los niños que juegan), auditivas (el canto de los pájaros) e incluso olfativas (el perfume de las flores). También puede trabajar la atención, Ej: “Mira los niños que juegan", “Ves la niña vestida de rojo", “Mira el perro que corre".

A la vuelta del paseo, se le puede recordar lo que habéis visto: Ej: “Hemos visto unos niños que jugaban al balón" “También un perro blanco que ladraba". “Y los pájaros que volaban de un árbol a otro"

Para que el paseo se desarrolle bien, hay que tomar ciertas precauciones:

• Informar a su familiar del paseo.
• Es muy importante que él sepa lo que va a pasar.
• También se puede recordar cuál va a ser el recorrido.
• Llevar a su familiar al wc antes de salir.
• Elegir zapatos que no dificultan la marcha (no salir con zapatillas).
• Llevar consigo una bolsa con lo necesario para limpiar y cambiarle si ocurre una fuga de orina.
• No olvidar una pequeña botella de agua para dar le de beber si tiene sed.

Rosa Ana García.

Psicóloga Alzheimer Tierra de Barros.