Pueden aparecer durante el reposo de manera espontánea o como consecuencia de un movimiento, las denominadas mioclonías de acción.
Si estas “sacudidas musculares” afectan a un grupo reducido de músculos del mismo miembro o zona, hablaremos de mioclonías focales, si por el contrario afectan a diferentes partes del cuerpo serán mioclonías generalizadas. Están también las mioclonías negativas, que no se producen por contracción muscular, sino justamente, por lo contrario, se corta la actividad muscular y hay una perdida breve del tono postural.
En casos más avanzados del Alzheimer los movimientos musculares involuntarios se manifiestan como signo de la propia enfermedad neurodegenerativa y aunque encontramos mioclonías en personas sanas (que se dan de manera fisiología al iniciar el sueño o el mismo hipo) lo que nos encontraremos con mayor frecuencia en nuestros pacientes de Alzheimer son las mioclonías causadas por problemas metabólicos como la insuficiencia renal y hepáticas, alteraciones iónicas o la hipoglucemia. En estos casos tratando la causa de la misma mejoran o incluso desaparecen