Una solución sencilla y al alcance de los distintos niveles cognitivos son los ejercicios pendulares de CODMAN, que utilizan la gravedad para elongar los tejidos rígidos, evitar esta rigidez y disminuir el dolo sin comprimir la cabeza del humero contra el acromion.
Para realizarlos correctamente colocaremos al paciente hacia delante de forma que el tronco quede en posición horizontal, dejando los brazos relajados tal cual si fueran péndulos iniciaremos con movimientos suaves de avance y retroceso, posteriormente de lado a lado y ya por último pequeños círculos. Los movimientos iniciales deben ser de unos 15 grados respecto a la vertical, pero conforme el hombro se va relajando se deja que el movimiento vaya a 30 grados sin ningún problema
Se recomienda que el paciente haga los ejercicios de 3 a 4 veces diarias con 30 repeticiones aproximadamente de cada dirección, de este modo evitamos que el paciente este durante largos periodos con el brazo inmóvil, previniendo la rigidez y disminuyendo el dolor, ya que la descompresión que se produce sobre la cabeza del humero alivia las tensiones que sobre ella se producen.
Marina Preciado (Fisioterapeuta Alzhéimer “Tierra de Barros”)