Los niños aprenden respeto y valores en un marco divertido y los mayores disfrutan y comparten ilusión, frescura y experiencias. Es la filosofía y el punto de partida de algunas de las actividades que han hecho conocida a la ludoteca infantil de Alzheimer León.
Situada junto a la avenida de José Aguado (en el Centro de Atención Integral de la asociación) a sus instalaciones acuden diariamente durante todo el verano decenas de niños de entre 3 y 10 años. El objetivo, disfrutar de actividades que rompan con la rutina del colegio y despierten en los niños nuevas sensaciones.
Por eso, las actividades programadas son tan variadas y orientadas al ocio: talleres de nuevas tecnologías, de expresión corporal y musical, visita a los huertos de la Candamia, sala mágica, reciclaje...
En función de sus edades, los niños que acuden a la ludoteca participan en talleres de artes plásticas con material reciclado, organizan meriendas en el parque, asisten a clases de repaso semanales y disfrutan de la sala de estimulación multisensorial del centro, conocida como sala Snoezelen, que se utiliza como espacio de relajación (dispone de haces de luz, cama de agua, tubos de burbujas...). El objetivo, que aprendan a respirar, concentrarse, relajarse y ser conscientes de su cuerpo.
Educación en valores, educación en memoria
Nieves Marcos, coordinadora del Programa Intergeneracional y de la Ludoteca Infantil, señala que este año se han incluido novedades. "Hemos añadido Inglés y Zumba a nuestra programación semanal, que está diseñada en ejés temáticos: 'La magia de los cuentos', 'A tope con el deporte', 'El lejano Oriente', 'La semana del terror', 'Descubro mi provincia', 'La semana del agua', '1, 2, 3 ACCIÓN', 'De viaje por el mundo', 'Bolliwood', 'Semana Intergeneracional' y 'El árbol de la sabiduría".
Entre las actividades que pone en marcha la ludoteca destaca la convivencia intergeneracional, un modelo de trabajo que se sigue desarrollando con éxito en Alzheimer León y que permite a los niños compartir algunas actividades con los mayores que acuden como usuarios a la Unidad de la Memoria. De esta manera se potencia una de las relaciones más sólidas y especiales que existen: la de los niños con los ancianos. Comparten juegos en el parque o realizan visitas periódicas al huerto de la Candamia del que dispone Alzheimer León. Allí, los mayores explican a los niños todos los secretos de la siembra y la recolección, el valor de los frutos de temporada y cómo cuidar de las plantas.
Detrás de estas actividades intergeneracionales se esconde un modelo de trabajo muy positivo para unos y otros. Los niños reciben una educación en valores que les permite ser personas solidarias y responsables con los mayores y con el entorno en el que viven. Para los mayores, es una inyección de autoestima y se sienten partícipes en la educación de una nueva generación. Todo ello entendido como una magnífica terapia para envejecer mejor.
Fuente:ileon.com