- Consulta médica y evaluación especializada:Un diagnóstico adecuado es el primer paso para entender las causas de la incontinencia y descartar posibles infecciones o problemas médicos tratables.
- Identificar posibles patrones de escapes y establecer rutinas: Observar si los problemas de incontinencia se concentran en algún momento del día, para poder establecer patrones de conducta preventivos. A su vez, crear horarios fijos del baño (acudir cada 2 horas), puede ayudar a los pacientes a desarrollar hábitos y reducir accidentes.
- Intervención sobre factores individuales y externos:
- Facilitar la tarea del baño: evitar las prendas que sean complicadas de retirar (faja, bodi, varias capas de ropa), pantalones con botones que puedan dificultar su apertura (aconsejable que lleven cremalleras sencillas, velcro o que sean elásticos con goma en la cintura), faldas de difícil apertura con cremalleras o cierre de ganchos (aconsejable cintura con gomas o elásticos).
- Facilitar el acceso al cuarto de baño y uso del retrete: intentar retirar los obstáculos hasta el retrete, puerta de fácil apertura, colocar asideros al lado del retrete y un elevador de este. Así mismo, facilitar la identificación del mismo, con algún letrero identificativo o incluso en la noche dejar una luz nocturna de guía hasta el mismo.
- Recomendaciones higiénico-dietéticas:
- Modificación patrón ingesta líquidos: reducir la toma de líquidos a partir de media tarde, para evitar la incontinencia nocturna y la nicturia.
- Reducción toma de sustancias excitantes: evitar el café, té, bebidas carbonatadas, alcohol, cítricos, para evitar la urgencia miccional y reducir la frecuencia miccional.
- Corrección del estreñimiento: con toma de fibra en la dieta, aporte de líquidos, reeducando el intestino (programar la defecación diariamente, tras el desayuno).
- Reducir el peso: en casos de sobrepeso u obesidad, mediante una dieta saludable y ejercicio físico.
- Mejorar la movilidad: tratar de mantener el mayor grado de movilidad del paciente, para facilitar el desplazamiento hasta el retrete, así como motivar a paseos regulares / desplazamientos por casa.
- Abstención de fumar: el tabaco actúa como estimulante vesical, además de provocar un aumento de la tos.
- Usar medidas de absorción: utilizar medidas preventivas y/o protectoras ante posibles escapes o accidentes, como compresas (femeninas o masculinas), braga pañal, suapel para el sofá, cama, etc.). La utilización de ropa interior absorbente garantiza la comodidad, la higiene del paciente y la libertad de movimiento.
Y por supuesto, recordar que antes de iniciar con nuevas medidas, siempre podéis contar con el asesoramiento personalizado por parte de los profesionales del centro de día. abordando así, cualquier nuevo proceso de forma integral.
Psicología Alzheimer.