Las personas con demencia pueden; y de hecho, experimentan dolor. Al inicio de la enfermedad aún son capaces de expresarlo, pero a medida que el alzhéimer progresa y se deterioran procesos como el lenguaje, son menos capaces de comunicar su dolor claramente o pueden ser incapaces de interpretar las señales de dolor y nos transmiten su malestar a través de otro tipo de comportamiento. Una de las causas que siempre se recomienda comprobar cuando existen cambios repentinos del comportamiento en una persona con demencia, como agitación o agresividad, es si puede estar experimentando dolor. Hasta donde se sabe, la demencia en sí misma no causa dolor. Sin embargo, las personas con demencia se verán afectadas por la misma gama de dolencias que las personas sin demencia, y, como en todos, algunas pueden ser dolorosas.
La investigación sugiere que cuando una persona tiene demencia y el dolor está presente,pueden estar en riesgo de no ser tratados debido a dos creencias erróneas: en primer lugar, que una persona con demencia no experimenta dolor debido al propio deterioro del cerebro, y en segundo lugar, que nada se puede hacer por las personas con demencia. Creencias incorrectas y éticamente muy reprochables. Hoy queremos hablaros del dolor en una persona con alzhéimer, sobre cómo podemos reconocerlo y qué podemos hacer para ayudarles.
Causas del dolor en una persona con demencia
Aunque las causas del dolor pueden ser las mismas que en cualquier otra persona, los enfermos de alzhéimer tienen un riesgo mayor de padecer enfermedades que aumentan con el envejecimiento, además de aquellas asociadas a la falta de movilidad y problemas con la alimentación que pueden afectar a una persona en etapa avanzada de alzhéimer. Entre las causas de dolor están:
• Osteoartritis
• Osteoporosis
• Fracturas cadera y otros tipos de fracturas
• Dolor de espalda
• Cáncer
• Estreñimiento
• Problemas dentales (ver esta entrada)
• Infecciones
• Migrañas o dolores de cabeza
• Úlceras de decúbito (ver estas entradas)
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Reconociendo el dolor
Reconocer que una persona con demencia está con dolor no siempre es fácil. El dolor es una experiencia muy personal y la evaluación se basa por lo general en nuestra percepción del dolor. Pero en alguien con demencia con dificultad para la comunicación, el dolor debe ser reconocido de otras maneras. Algunos comportamientos y síntomas pueden indicar que una persona tiene un cierto nivel de dolor o incomodidad o no se encuentra bien.
Estos pueden incluir:
• Muecas faciales
• Negación a moverse
• Gemidos al moverse
• Rango limitado de movimiento o movimiento lento
• Aumento del ritmo cardíaco, la presión sanguínea o sudoración
• Inquietud
• Llanto o angustia
• Aumento o disminución de las vocalizaciones
• Letargo o aumento del sueño
• Interrupción o sueño inquieto
• Disminución del apetito
• Aumento de la confusión
• Ira, agresividad, irritabilidad o agitación
Al preguntar a una persona con demencia acerca de su estado, trate de usar una variedad de palabras que podrían ayudar la persona describir sus sentimientos, aunque una a la vez y a intervalos regulares, en lugar de sólo una vez. Palabras como malestar, incomodidad, daño y por supuesto, dolor, pueden ser útiles.
Tratamiento del dolor
Todos los indicadores de dolor deben tomarse en serio. Siempre hable de sus preocupaciones con el médico, que será capaz de comprobar si hay una enfermedad física o malestar presente y proporcionar algunos consejos para la gestión de cualquier dolor.
Puede haber otras cosas que ayuden a reducir el dolor. Considera si un baño relajante o masaje ayudaría. Si la persona está en un centro residencial es posible que el dolor pase desapercibido y no se trate adecuadamente. Hable con el médico y el personal de enfermería si está preocupado porque su familiar pueda sentir dolor. Es importante recordar que al igual que todos los demás, las personas con demencia deben ser tratadas con la misma rapidez y eficacia en caso de presentar dolor.