Miércoles, 15 Julio 2015 13:19

CÓMO DETECTAR TEMPRANAMENTE EL MAL DE ALZHEIMER

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Queremos compartir con todos nuestros seguidores un artículo muy interesante y esclarecedor escrito por la Dra. María Sagrario Manzano Palomo, Neuróloga del Hospital Infanta Cristina (Parla, Madrid),  secretaria del Grupo de Demencias de la SEN y miembro del Comité Científico kNOW Alzheimer.

Y queremos compartirlo porque da respuesta de forma clara y concisa a una de las preguntas más frecuentes a las que tienen que enfrentarse los profesionales que de una forma u otra, trabajan con el mal de alzhéimer, ¿qué puedo hacer para saber si voy a sufrir alzhéimer y así poder prevenirlo?

La pregunta es ardua de responder, sobre todo teniendo en cuenta el punto en el que nos encontramos a nivel preventivo e interventivo, pero la Dr. Manzano lo explica sencillamente para que todo el mundo lo comprenda.

No os lo perdáis. Seguramente aclarareis muchas dudas al respecto.

 

A menudo, los pacientes nos preguntan: “¿qué puedo hacer doctora, a nivel de pruebas diagnósticas, para “poder prevenir” la aparición de la enfermedad de Alzheimer?”

 

Es una pregunta trampa. Ya hemos hablado en otros posts de este blog sobre la prevención de la enfermedad de Alzheimer y la conclusión muy breve sería que, desde un punto de vista farmacológico, no existen medicamentos que lo hagan, y desde un punto de vista no farmacológico, las estrategias como la dieta mediterránea, el ejercicio físico o la estimulación cognitiva son aconsejables pero no 100% preventivas de la aparición de la enfermedad. Por tanto, englobar en la misma frase “pruebas” y “preventivas”, es poco acertado. Por el contrario, “¿qué pruebas puedo realizarme para saber si soy susceptible de desarrollar la enfermedad y, por consiguiente, implementar todas las estrategias de que disponemos, a pesar de que no sean infalibles?” sí sería la pregunta oportuna.

 

Desde un punto de vista de salud pública, no está justificado realizar a toda la población una TAC craneal y una exploración cognitiva de screening de la enfermedad, por la sencilla razón de la inexistencia de terapias curativas. No existen “exploraciones preventivas”, como sucede por ejemplo con el cáncer de colon o el cáncer de mama (a pesar de que el término, como dije, me parece erróneo). El escenario opuesto del todo son aquellos individuos pertenecientes a familias con mutaciones conocidas de la enfermedad, que se heredan de padres a hijos, y que son solo un 1-2% de los casos, con una edad de inicio por debajo de los 60 años. Se les considera, si son portadores de la mutación, presintomáticos, y por tanto, sí deberían someterse a exploraciones para diagnosticar y tratar la enfermedad. De hecho, son la población sobre la que más ensayos clínicos con nuevas moléculas modificadoras del curso de la enfermedad se están realizando, pues se trata normalmente de gente joven (en torno a 30-40 años) y sin otras enfermedades concomitantes.

 

Y en medio de estos extremos, tenemos a más del 95% de los casos. Siempre aconsejamos que todos aquellos individuos en los que se advierta una alteración de la memoria episódica, con o sin repercusión en su vida diaria, acudan a su médico de familia y éste lo derive al especialista, para poder completar el estudio mediante una analítica, TAC craneal y test neuropsicológicos más precisos, de cara a poder realizar un buen diagnóstico precoz. La posibilidad de tratamientos sintomáticos, que es de lo que disponemos a día de hoy, sí logra modificar el curso evolutivo de la enfermedad, garantizando la mejor calidad de vida posible, tanto para el paciente como para el cuidador.

 

Los llamados biomarcadores, o marcadores biológicos de la enfermedad en vida de los pacientes, como por ejemplo, pruebas de medicina nuclear como el PET de amiloide o la punción lumbar analizando los niveles de proteína tau y aBeta en líquido cefalorraquídeo, no se engloban a día de hoy dentro de la práctica clínica habitual, al no estar estandarizadas y no existir protocolos de consenso sobre su uso y significación. Esperemos que el día de mañana sí dispongamos de ellas para su utilización en casos dudosos o problemáticos, y de esta manera poder implementar el mejor tratamiento para nuestros pacientes.

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